"1 de diciembre"
Me observó por el espejo y era como si la chica que estaba en el espejo fuera otra, el maquillaje era muy natural aunque ahora entendía por la obsesión de las mujeres al usar maquillaje y lo que hace un rimel en las pestañas. Amaris sí que había hecho un trabajo asombroso, me pone un poco de rubor y suelto un estornudo al pasar la brocha por mi nariz.
—Salud — dice ella, ve si me hace falta algo y me deja verme de cuerpo completo en espejo ya con el vestido puesto — lindisima.
—¿No crees que es mucho? —me rasco la frente.
—¡Claro que no, es perfecto!
Me toco la cara y lo primero que me llevó es un manazo de su parte
—Arruinarás mi obra de arte — bufa.
—Lo siento.
—No hay tiempo de disculparse, tenemos que irnos — me empuja hacia fuera de la casa.
Siento las piernas que me tiemblan, lo único que agradezco es traer zapatos bajos, Amaris conduce hacia la casa de los Truswell, me veo en el retrovisor una y otra vez, al ver que mi cabello como mi maquillaje estuviera intacto.
Entramos al fraccionamiento, dónde él policía nos detiene para verificar si estamos en una lista, después de un momento nos da el paso entrando por los jardines enormes adornados con luces, dando la bienvenida al invierno como al frío que se sentiría al caer la nieve muy pronto. Los nervios me atacan más al ver que Amaris se aparcaba frente a la casa de tres pisos de los Truswell.
—Listo Ángel — apaga el auto, solo pude asentir —¿Ángel estás bien? — me voltea a ver preocupada.
Antes que le pudiera contestar, Said sale corriendo de la casa para recibirnos, se le acerca a Amaris para decirle unas cosas en el oído, intento inclinarme para escuchar que le dice pero fue imposible. Camina hacia mi puerta y me brinda la mano para salir del auto.
—Bienvenida — me observa lo cual hace que le suelte la mano apenada —Te ves hermosa está noche — se acerca a mí y deposita un beso en mi mejilla — me vas a matar pero tengo que taparte los ojos.
—¿Qué?
Se pone detrás de mí —¿Confías en mí?
Siento su aliento cerca de mi oído algo que me dio un cosquilleo por toda mi espalda —Si, pero.....
—Tranquila.
Tapa mis ojos amarrando la cinta y quedo en oscuridad, besa mi nuca y vuelve ese cosquilleo a atacarme.
—¿Qué haces Said?— digo tartamudeando.
—¡shhh! — me voltea con suavidad hacia él e inconscientemente pego mis manos en su pecho para no caer.
Me percato que nuestras respiraciones chocan, él se ha acercado más de eso estaba segura y lo delataba ya que su corazón comenzó a saltar de su pecho, aunque yo estaba peor, las piernas las siento débiles, su perfume es tán varonil que pega con fuerza en mis fosas nasales, muerdo mi labio inferior de los nervios. Era la primera vez que me sentía intimidada por Said Truswell y debía aceptar que me gustaba eso.
—Ángel — su voz suena ronca — ¿te gusta mi olor?
Quito mis manos de su pecho al estar casi olfateandolo como sabueso —Hueles muy rico — suelto sin más
Se ríe — León me regaló la loción la navidad pasada.
Me quedo callada al tener todo sentido ahora, toma de mi brazo y hace que me recargue en el suyo y me comienza a guiar por el camino.
—Con cuidado adelante —me advierte.
Los zapatos se me entierran entre el pasto, empiezo a escuchar risitas a mi alrededor, Said se aparta y dudo de donde agarrarme cuando quitan la cinta y la luz me aturde como al instante me gritan felicidades.
El jardín trasero estaba lleno de globos como adornado de luces con lámparas grandes, junto con los árboles frondosos que hacían al fondo del lugar, aunque lo que se roba la vista era la cascada que caía hacia la alberca.
Los chicos me rodean —¡Muchas felicidades! — me abraza Liam junto con Ezar llevándome cerca de uno de los árboles, miro por todos lados cuando me hacen señas con los ojos para ver hacia abajo.
—¿Qué es?— pregunto emocionada, viendo una caja cuadrada de madera que me llega a la altura de mis rodillas.
—Ábrela— dicen los chicos en un solo tono.
Me hinco junto con ellos —No debieron en verdad— quito el moño.
—Solo ábrela, te gustará —dice Ezar desesperado.
Abro la caja viendo más de diez libros y accesorios, separadores, me llevo las manos a la boca al ver unas fundas para mi celular.
Me aviento a ellos —¡Gracias!¡En verdad son increíbles chicos!—se acerca Said hacia nosotros con duda al vernos en el suelo.
—¿Qué hacen?— me ofrece la mano Said para que me ponga de pie.
—Abriendo mi regalo —digo señalando la caja.
Me sacudo el vestido, como dejando mis regalos de nuevo en la caja.
—Chicos se las robare un momento — me ve — alguien quieres verte — se gira a los chicos — ¿no les importa verdad?
—¡Sí!— responden juntos.
—No se preocupen ahorita vuelvo — le aviento a Liam el listón de la caja, hago muecas graciosas antes de ser llevada por Said.
Me sorprendo ante toda la gente que había venido a mi cumpleaños, casi todo el grupo de apoyo estaba aquí, me saludan todos al pasar a un lado de ellos. Nos detenemos al momento que nos topamos con la señora Briseida Truswell.
Esa mujer era más que hermosa, su elegancia y su porte creo que era la herencia que le dio a sus hijos, su cabello pelirrojo estaba bien peinado como unos aretes de perla hacían juego con su vestimenta.
—Felicidades linda — me regala una sonrisa.
—Gracias señora Truswell.
—Sabes que me puedes decir Briseida, hija.
—Por supuesto... Briseida.
—Mis hijos hicieron un gran trabajo con todo esto — miramos a nuestro alrededor y sonrio fascinada, hasta que caigo en cuenta.
¿Qué?¿Hijos?
Agacho el rostro y me golpeo mental mente, y me quito la idea de que León haya ayudado en algo, como el no imaginarme que él se pusiera a inflar un globo por mi. Vuelvo la mirada hacia la mamá de Said cuando detrás de ella aparece León, con una sonrisa de oreja a oreja.
—León me ayudó a darte la sorpresa — comenta Said.
León sonrie aun mas y es claro que mi expresión en este instante es de sorpresa, las preguntas empiezan a venir a mi cabeza, la llamada, sus cambios de humor repentinos, su rostro no me demuestra que este con la resaca al contrario no se que estado de ánimo pueda estar León en este momento. Lo miro de arriba abajo trae un pantalón negro a juego con una camiseta azul marino, el olor de su perfume es mas exquisito que èl de Said, que puedo percibir a un sin tenerlo cerca de mi.
—¿No me vas a saludar, Ángel? — me ofrece su mano León.
—Sí, claro — mi voz se había vuelto débil, le ofrezco la mano cuando él me jala hacia a él y besa mi mejilla — Feliz cumpleaños, linda.
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Without me✔ [Completo]
Genç KurguLa vida de Ángel Smith es muy difícil ya que nació con cardiopatía congénita, unos estudios le cambiaron todo con un diagnóstico que no esperaba. CÁNCER DE TIROIDES pensando que su final ha llegado. Dos hermanos serán su perdición, entrando en un tr...