capítulo 6. el baño

137 14 0
                                    


Van pasando los días, Stone me hace levantarme a las seis de la mañana y llegamos a casa normalmente a las nueve de la noche por lo que no tengo tiempo para mucho. Nuestro día a día consiste en salir sobre las 7:30 de casa tras tomar algo de desayuno, llegamos a la oficina y subimos juntos en el ascensor, en cuanto él va a su mesa yo le preparo el café, que llevo en una bandejita negra. Al principio solo le llevaba el café, pero al final, sabiendo que apenas comía nada por la mañana, le ponía algunas galletas en un plato. Los dos primeros días ni las tocó, pero ahora no deja ninguna. Tras eso me dedicaba a coger citas, hacer llamadas y seguirle a reuniones, tanto dentro como fuera del edificio. Básicamente vivía para el trabajo. A pesar de todo se podría decir que hemos empezado a construir una relación amistosa, con algún coqueteo tonto aquí y allá, pero nada serio.

Anteayer se estropeó el baño de mi planta por lo que he de bajar un piso para poder usarlo, provocando que me retrase un poco más de lo normal, cosa que no le acaba de agradar, pero no hay remedio, sobretodo porque no permite a nadie usar su baño privado.

Me encuentro en mi mesa transcribiendo una reunión cuando me salta una alarma sobre otra programada para dentro de una hora así que abro el chat interno para comunicarme con Evander y recordarle que debemos de salir en un rato. En lugar de responder por el chat sale de su despacho y viene directo hacia mí.

-No hace falta que vengas a esta reunión - me informa- acaba de pasar las otras dos anteriores y yo te enviaré el audio de esta.

-Me parece bien, aún tengo que escribir bastante de estas- le sonrío

Me devuelve la sonrisa, me da un par de instrucciones más y se despide para ir a la reunión. Últimamente está algo más simpático y habla algo más conmigo, hago todo lo que dice a rajatabla y parece que eso le anime, aunque sigue sin contarme cosas íntimas sobre él, aparte de sus gustos en comida y demás.

Llevo 15 minutos sola en mi mesa y empiezo a darme cuenta de que tengo pis, tengo mucho trabajo así que intento acabarlo antes de tener que ausentarme de mi puesto, pero un par de minutos después me es imposible. Ya no aguanto más y dudo en poder llegar hasta la planta de abajo sin hacerme pis encima así que recordando que el señor Stone tiene su propio baño me dirijo hacia allí. Puesto que tardará un par de horas en volver a la oficina voy con tranquilidad al interior llevando un paquete de toallitas femeninas para limpiarme y que él no se dé cuenta de que han usado su baño personal. Nunca me ha permitido entrar en el baño y cuando lo veo quedo muda. Todo es de piedra oscura, tiene una gran ducha de concepto abierto, el váter se encuentra cerrado en un cubículo y tiene un mármol enorme con dos lavamanos, también hay un espejo enorme frente a estos que ocupa toda la pared. Tras hacer pis me lavo las manos a conciencia, hace algo de calor así que me desabrocho un par de botones de mi camisa sin mangas y me mojo un poco el escote. Me estoy poniendo más agua para refrescarme cuándo la puerta del baño se abre de golpe, me pego un susto y mi mano se va a mi pecho, el corazón me va a mil cuando veo a Stone frente a mí con su camisa blanca y su pantalón de traje. Se queda sin decir nada, pero el enfado es palpable.

-Sé que dijiste que nunca podía...-

Me empotra contra el lavamanos.

-Cállate...no me des excusas.- dice.

Estoy asustada, nunca le había visto tan enfadado y cuando su boca impacta con la mía no sé cómo reaccionar. Al principio me siento rara pero cuando su lengua entra en mi boca no puedo hacer otra cosa que corresponderle con la mía propia. Mis manos viajan a sus anchos hombros y noto como él me sube la falda, la coloca hasta mi cintura y tras agarrarme el trasero me sube encima del lavamanos. Su boca me besa sin compasión. De repente aparta su boca de la mía y con ambas manos me separa las piernas, mira mis braguitas y se lame los labios. Aparta mis bragas a un lado con su mano derecha y encuentra mi clítoris. Me quejo con un gemido y su boca vuelve a juntarse con la mía. Intento agarrarme a él, pero me rehúye y me obliga a poner las manos en el mármol mientras no deja de frotarme ahí abajo. Noto como comienza a meter su dedo corazón en mi interior, frotando suavemente la entrada primero. Ahogo un gemido en su boca. Deja de besarme y comienza a lamer mi cuello, mis ojos se han cerrado y escucho entonces su cremallera abriéndose, noto sobre mi pierna su longitud y abro los ojos para mirarla, pero su otra mano no me lo permite. ¿ Va a follarme aquí?

Moxie #Stone1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora