capítulo 26. Vuelta a casa

88 13 0
                                    

Claudia mandó un mensaje a Toni para que no se preocupara, comentándole que estamos en mi cuarto. Una vez entramos decido quitarme el vestido y me pongo cómoda con uno de mis pijamas rosas. Claudia se queda con su vestido puesto y las dos nos tumbamos en la cama. En silencio. Tras varios minutos decido ser yo la que rompa el hielo.

- Estoy embarazada, Clau... aún me cuesta creerlo.

- ¿Vas a contárselo? - nos miramos a los ojos - ¿Vas a contárselo a Evander?

¿Como podría? Seguramente esto le joda absolutamente todos sus planes. Bueno, solo los suyos no. ¿Y mis planes? ¿Las cosas que quiero hacer? Aún me veo muy joven para tener un bebé, no solo eso, ¿estaría sola? Ni tan siquiera sé si él quiere hijos. ¿Qué pasaría si se lo cuento y lo único que me pide es que aborte? Lo cual pensándolo en este momento es algo que podría hacer...

- No sé si quiero quedármelo Clau. No me veo preparada para una responsabilidad tan grande. - ella agarra mi mano sin dejar de mirarme.

- Moxie... hagas lo que hagas tienes que saber que no estás sola. Si no quieres contárselo y el embarazo avanza yo puedo ayudarte a cuidarlo... o si decides darlo en adopción. Al igual que estaré contigo si decides deshacerte del bebé.

Escuchar a Claudia decir en alto lo de "deshacerte del bebé" me provoca algo en el pecho. Congoja. Mi mano se hasta mi pecho. ¿sería capaz?

- Primero quiero ir a la primera visita para la ecografía... ¿Me acompañarás?

Le digo la fecha y la hora, pero está claro que mi amiga vendrá conmigo. No me va a dejar sola con esto. Hablamos largo y tendido de lo estupenda y a la vez terrible madre que sería, Clau quiere darme ánimos, cosa que consigue entre bromas. Finalmente me siento muy cansada y Claudia se vuelve a la fiesta.



Un brazo colocado sobre mi costado me despierta. No me asusto. Sé quién es, el dueño del hotel. Se me había olvidado de que quería dormir conmigo esta noche después de todo lo que ha pasado. La luz que sale de la puerta entrecerrada del baño me permite ver su mano, así que la entrelazo con la mía.

- Evander...- digo medio dormida.

- Shhh...vuelve a dormir.

Cuando me despierto por la mañana él ya no está. Son las nueve. Me ducho y me pongo tejanos, botas y una camiseta de las mías, de uno más de los grupos de música que suelo escuchar. Seguro que si me ve Natalia pensará que voy horrible. Bajo a la zona de restaurante buffet, doy mi número de habitación y me dirijo directa a por unas tortitas, huevos revueltos, pan tostado y cruasanes. Me pongo un buen plato de todo y decido tomarme un café con leche. Estoy concentrada untando las tostadas con mantequilla cuando una mano tatuada me arrebata uno de los cruasanes.

- Allí hay una bandeja llena de esos. ¿Por qué no pillas tu propio plato?

- ¿Siempre eres tan gruñona por las mañanas?

Malcolm se sienta frente a mí, ni me había dado cuenta, pero ha puesto en su lado un bol de frutas variadas, café negro y un plato con crepes cubiertas en chocolate. Aun así lo veo zamparse mi cruasán. Miro alrededor, la sala está prácticamente vacía debido a que la gente que se llegó a quedar en el hotel se fue muy tarde a dormir por la fiesta. Así que podríamos decir que estamos solos, a excepción de un par de personas.

- Escucha... - me dice serio - Yo...sé que mi primo te contó lo de la sala de juegos. - me mira, como esperando que le grite por lo que hizo. Cuando se da cuenta de que no hago más que masticar mi tostada prosigue. - Espero que no pienses mal de mi por lo que hice. Es decir, normalmente no me tiro a tías sin su consentimiento, mentiría si dijera que no he tapado los ojos a ninguna.

- Eres un caso - me hace reír lo último que dice - mira... no te voy a decir que no me impresionase cuando me lo contó. Estaba bastante mosqueada, pero... supongo que era un mal necesario.

Él asiente y pasa su mano sobre la mesa, la tomo mientras ambos nos sonreímos.

- Oh...Querido, ¿no te parece bonito el amor? - la voz de Natalia me hace apartar la mano de la de Malcolm.

- Parejita. - dice Malcolm- Acabáis de bajar a desayunar?

Natalia se sienta a mi lado mientras Stone asiente a su primo y va directo a por su desayuno y el de Natalia.

- Bueno... - dice la mujer sonriéndome - ¿así que este es el hombre con el que te ves? A ver si al final vamos a ser familia.

Dios. El mero pensamiento de ser familia con esta arpía me da nauseas. Ni a mi peor enemigo. Solo conocí a Raven anoche y ya siento pena por saber que es su hermana pequeña, por muy adoptada que sea. Malcolm asiente a Natalia, que se ve mucho más alegre de lo normal. Parece que la noticia de que el primo de su prometido es mi pareja fue lo mejor que podía pasar. Menos mal que tuvieron la idea del beso ayer por la noche.

- Verás preciosa - le dice Malcolm de manera coqueta - no habíamos querido decir nada aún. Sobre todo, teniendo en cuenta que dentro de poco llega vuestra boda... por cierto... ¿porque vais a esperar tanto? Sinceramente, si yo fuera Evander, y pudiera, me casaría contigo ahora mismo - el hombre le guiña un ojo.

Por favor, es un adulador en potencia. Creo que este hombre no sabe lo que es NO tirarle los tejos a una mujer, dudo que haya hablado a ninguna sin acabar en la cama con ella después. Por supuesto Natalia se muestra encantada con Malcolm. Evander llega con un plato con algo de bollería y un par de cafés. Él come, Natalia solo pega un bocado a un bollito y se bebe el café. Más personas van bajando a desayunar. Yo me despido al acabar mi desayuno y Malcolm viene conmigo hasta la salida, sin soltar en ningún momento mi cintura. Justo en ese momento nos cruzamos con su hermana melliza, Kayla, que nos mira con ojos abiertos. Malcolm le saca la lengua y continuamos andando. Me acompaña hasta mi cuarto y se despide de mí. Yo espero estirada sobre mi cama hasta que Claudia y Toni están listos y podemos bajar las maletas al coche.

****

Moxie #Stone1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora