capítulo 21. Confesiones en el café

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La normalidad ha vuelto y los paparazzi han dejado de seguirme e intentar ver si Stone y yo mantenemos una relación más íntima que la que dejamos ver habitualmente. Las últimas semanas Natalia y él se la han pasado de cenas y citas varias para que se acallaran los rumores y la mujer se quedara tranquila y feliz, incluso he visto más de un beso en las fotografías que han ido subiendo en las revistas del corazón, lo cual me ha dado un asco terrible además de enfadarme y, por que mentir, ponerme jodidamente celosa. Desde el día que Stone y yo nos lo montamos en plan rapidito en su sala de costura ya no hemos vuelto a tener contacto, al menos de tipo sexual. Toni me llamó anoche y algunas otras atrás, está algo preocupado por mí. Es el único que sabe el tipo de relación que tenemos Evander y yo. Cree que no es sano lo que hacemos y puede que tenga razón.



- Creo que me hice algunas ilusiones - le confieso - ¿cómo no iba a hacérmelas? Nos acostamos juntos, había tensión sexual entre nosotros antes de eso, una atracción que no puedo negar y luego se me va la cabeza y le propongo lo de la boda... ¿Crees que lo hice de forma subconsciente para estar con él?

- Es una posibilidad, la mente humana a veces es muy retorcida. - hay unos segundos de silencio en la línea - creo que deberías hablar esto con él o con tu mejor amiga ¿Si?... Oye tengo que dejarte, acaba de llegar Claudia - escucho un hola de fondo que claramente procede de mi amiga, me despido de Toni y colgamos.

Tras la conversación con mi amigo me queda claro que he de hablar con Evander de todo este royo. El problema viene en que ya estamos en septiembre, lo que significa que queda cada vez menos para la boda que Natalia está preparando, lo que los medios llaman "la boda del siglo". Por lo pronto el sábado que viene hay una cena de compromiso en la que se ha invitado a casi todo el mundo. Como soy la secretaria de Evander me han mandado revisar las confirmaciones, y avisar si no han contestado todavía, a todos sus socios y accionistas, algún juez, concejales y amigos o, mejor dicho, conocidos íntimos. Además también se me ha encargado llamar a varios familiares suyos, es decir, algunos primos lejanos y a sus tíos paternos, los padres de Kayla y Malcolm. Evander por su parte avisó personalmente a sus primos y me comentó que podía avisar a Claudia y a Toni si querían venir.


Él y yo no hemos hablado demasiado tras el bofetón que me dio Natalia, pero está claro que se siente culpable porque ha habido pequeñas cosas para intentar resarcirse de lo que no hizo o no podía hacer cuando ella me pegó. No solo no me deja sola en la cena de pedida permitiéndome tener a mis amistades conmigo, también me encontré un vestido nuevo sobre la cama, y juro que nada más verlo sabía que él mismo lo había confeccionado. Creo que cuando se siente culpable por algo arregla todo con la ropa, la otra vez ya me explicó que cuando me enfadé tanto con él me había confeccionado el anterior, es su patrón, sin duda. Es como su forma de disculparse.

Estoy en la oficina terminando de hablar con uno de tantos para confirmar la asistencia a la cena de compromiso, cuelgo el teléfono y al ir a levantarme me mareo y trastabillo un poco. No debería haberme levantado tan rápido. Por suerte unos brazos fuertes me agarran impidiéndome que pueda llegar al suelo. Mi vista va hacia unos ojos azules que ya conozco, la sonrisa pícara en su cara me hace sonreír, y no sé si por esta misma o por mi torpeza, pero noto como me suben los colores.

- Deberías tener más cuidado pecosa, parece que eres un poco torpe. Demos gracias a que solo te has levantado de la mesa.

- ¿Eres un graciosillo no? - le digo a Malcolm que no solo aún no me ha soltado de su agarre, sino que me pone los brazos alrededor de la cintura y arrima su cara a la mía.


Puedo notar la respiración del hombre en mi mejilla mientras me da un beso largo en ella. Parece una tontería, pero mis hormonas están a tope, llevo un tiempo sin contacto físico y parece que me está afectando ya que esta estupidez que acaba de pasar me está poniendo cachonda. Noto su mano subiendo a mi espalda y la otra en la cadera mientras me mira con esos ojos suyos ¿Pero qué coño me pasa? ¡Que solo me ha salvado de una caída y me ha dado un beso en la cara! ¿Como es posible que comience a notar una parte de mi palpitar? Joder, es que hasta mis pezones se están poniendo duros. Es entonces, en ese abrazo, que escucho a Evander.

- ¿Qué cojones estás haciendo Mal?

Él me aparta poco a poco, estoy colorada y miro a mi jefe, él cual, a pesar de hacer la pregunta a su primo me está mirando a mí. Carraspeo, me coloco bien la falda en un acto reflejo y me vuelvo a sentar en mi puesto. Malcolm saluda gracioso a su primo, el cual luce algo molesto, pero se meten los dos en su despacho.

Moxie #Stone1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora