capítulo 38. Hay que hacer lo que hay que hacer.

74 8 0
                                    

(⚠️)

Evander

Salgo de la Torre Chicago tras hablar con Gea, y camino sin prisas hasta donde he aparcado mi coche. Antes de salir del restaurante me di cuenta de que no tenía, tampoco, señal en mi teléfono móvil y hasta que no me alejo varios metros del piso donde está Gea la señal no regresa. Veo entonces un par de llamadas de Purvis y otras tantas de Natalia, imagino que la mujer en cuestión querría que saliera del restaurante o algo así, pero desde que se marchó ha pasado algo más de una hora así que ya debe estar bastante lejos o en casa. Gea y yo nos dedicamos a hablar sobre los planes para con Natalia mientras tomamos algo en el bar.

-Así que cambiamos de planes. ¿Entonces ya no quieres eliminar a tu competencia? - me preguntó sentada en el taburete de la barra.

-No he dicho tal cosa. Él puede esperar - mentí - Solo me hiciste pensar que es cierto... - le dije mirándola fijamente a sus ojos marrones - es cierto que Natalia me enfada. Pero ante todo procuro no mostrarme violento con ella.

-Puedo dejar que participes. - eso me hizo alzar una ceja mientras tomaba un sorbo de la copa - Puedes no solo ser espectador. Si deseas colaborar con el hombre al que has elegido puedes hacerlo y así dar rienda suelta a tus más oscuros deseos.

Gea había intentado comerme la oreja con eso. Y yo se lo había permitido. Así que no solo he aceptado el asesinato de la mujer con la que supuestamente me he prometido, sino que además yo seré participe en su asesinato. El nuevo giro de acontecimientos hace que me sienta, en parte, afortunado. Me siento en el interior de mi coche y espero. Me enciendo un cigarrillo y bajo la ventanilla del coche para echar el humo. Poco después la puerta del copiloto se abre y Purvis entra en el interior.

-¿Qué cojones se supone que ha pasado? - me dice muy enfadado- Nos hemos quedado sin escuchar ni ver nada desde que ha comenzado a subir las putas escaleras del restaurante.

-Usted es el agente. Debería estar preparado para esta clase de cosas. - le digo apoyándome en mi asiento.

-Mire... - comienza a decir bajando el tono y sujetándose el puente de la nariz- es tarde y todos estamos cansados, pero necesito que me cuente lo que ha pasado.

Miro a Purvis y le cuento todo, todo lo que pasó antes de que Natalia se marchase, todo lo que hablé con Gea antes de que fuéramos a tomar una copa a la terraza exterior. ¿Por qué? De repente esas ansias de justicia que siempre he notado dentro de mi han sido pisoteadas definitivamente por la venganza. La venganza en primer plano, que me instiga a hacer lo que quiera e infringir la ley. ¿Es buena idea ocultar la verdad al agente? Por lo tanto, no miento a Purvis, solo le digo que al final el trabajo que habíamos planeado para pillar a estas personas se ha echado para atrás. Me invento como escusa que la misma Gea no está interesada pese a que le he ofrecido una compensación monetaria de lo más suculenta mientras tomábamos una copa en el bar. No le cuento nada del trabajo que realmente he pedido que se haga finalmente y lo mucho que le ha gustado a la mujer tan cruel que parece ser Gea. Le devuelvo el bolígrafo y el reloj a Purvis, que comprueba que efectivamente no se ha grabado absolutamente nada de lo ocurrido esta noche. Deberíamos haber sabido que siendo gente que se dedica desde hace años a esto iban a estar bien cubiertos.

-Que iluso he sido - se dice a sí mismo el agente.

-No se torture. Nadie podía saberlo.

-Necesito que me dé una descripción de la tal Gea. Ahora.

Le digo todo sobre ella. El color de pelo, ojos, como va vestida y cualquier cosa que se me ocurre. El problema, parece ser, es que había varias mujeres vestidas tal como le digo saliendo y entrando de la Torre Chicago. Lo tenía todo planeado. Parece que vayamos a jugar al puto quien es quien. Él asiente, no conforme con cómo ha ido la noche, y me deja solo en el coche con mis pensamientos, marchándose cabizbajo. Tengo en mi poder un correo de Gea, el que me ha dado escrito en esa tarjeta, y por supuesto no le he dado a Purvis ni le he comentado nada sobre el email. Enciendo el coche y me dirijo hasta casa para poder descansar.

Moxie #Stone1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora