capítulo 39. Living dead girl

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Moxie

Son las seis de la madrugada cuando escucho el crujir de la cama y noto el balanceo del colchón cuando Evander se levanta. Me froto los ojos y me incorporo mientras él me pide que vuelva a la cama y me duerma, bueno más que pedirlo lo ordena. Está completamente en pelotas y la visión ante mí no puede ser mejor, sobretodo para ser lo primero que veo al despertarme. Lo observo marchar hasta la ducha, meneando su culo desnudo y yo me muerdo el labio inferior con lascivia. Parece que no he tenido suficiente con lo que pasó anoche. Me pongo a recordarlo, sentada con las rodillas en el pecho, fue distinto a otras veces, más íntimo, con más cariño, dulce. Sonrío mientras mis mejillas se enrojecen, deseando volver a hacerlo, pero a su manera esta vez. Así que me levanto, también desnuda y paso frente al baño, del cual sale el sonido del agua caer, decidida a pasar otro momento íntimo con ese hombre. Bajo las escaleras y veo nuestra ropa tirada sobre la mesita de centro y el suelo. El bote de helado, junto a la televisión, volcado y con el producto derramado por el suelo. Recojo todo y limpio, cuando acabo escucho las escaleras crujir detrás de mí. Me giro para encontrarme a Evander, aún desnudo, con una pequeña toalla cubriendo sus partes íntimas, bajando por ellas. He dejado nuestra ropa doblada en la mesa del comedor, ya recogida también de la cena de anoche, y estoy frente a los fogones de la cocina. Él sonríe, con una ceja levantada, observando mi desnudez.

-Te dije que volvieses a dormir.

-Técnicamente ya no eres mi jefe así que... te haré caso solo si quiero.

-Vaya... ¿te has levantado mandona?

Él se acerca a la nevera, dispuesto a abrirla y sacar algo de dentro, pero se lo impido poniendo mi brazo en medio y empujando la puerta. Me mira de reojo y con una sonrisa, imaginándose, sin duda, de que va esto.

-Un poco...

Le digo en voz baja y le obligo a girarse, empotrándolo contra la nevera a la vez que le arranco la toalla y la tiro al suelo. Él es bastante más alto que yo, pero me importa un pimiento, para lo que quiero hacer ahora está perfecto. Miro hacia abajo, entre nosotros, notando como su pene cobra vida sin poder evitarlo.

-Parece que te gustan las mandonas.- le digo de forma seductora.

-Ahora mismo me apasionan, pero... cuidado, no te pases un pelo. - su voz ronca hace que se me pongan los pelos de punta. Me está avisando, advirtiendome, y eso hace que me entren más ganas de hacer lo que he pensado.

Comienzo a tocar su verga, a frotarla con mi mano, despacio y mirándole a la cara. Noto como se endurece más y cuando él se dispone a tocarme mis caderas mi otra mano agarra sus testículos y aprieto un poco, ganándome un gemido ahogado por su parte.

-Cuidado con esos dos.

-Tranquilo... voy a tratarlos muy bien. - le digo cerca de su oreja, poniéndome de puntillas.

Me agacho, aun sujetando sus partes, y él me mira desde ahí arriba. El olor a jabón, a limpio, me golpea en la nariz y eso solo me anima más para lo que quiero hacerle. Paso mi lengua por la punta mientras sigo frotándole con una mano y la otra roza sus testículos. Bajo la boca, mirándolo a la cara en todo momento, hasta su bolsa y comienzo a chupar y lamer. Una de sus manos se va hasta mi cabellera despeinada y la agarra en un puño, mientras me guía hasta su pene y me hace metérmelo en la boca. Cuando eso pasa noto el líquido preseminal en mi legua y comienzo a jugar con la punta, haciendo que Evander cierre los ojos por un momento y algún sonido salga de su garganta. Cuando la saco de mi boca de golpe, me pongo de pie haciendo que suelte mi cabeza y me doy la vuelta para marcharme, se queda parado durante un segundo.

Moxie #Stone1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora