Camino de un lado de la habitación al otro, parezco un león enjaulado, pero los nervios, ansias, y rabia que siento porque este hablando con él no se pasan. ¿Qué viene a hacer ahora? ¿Por qué ha decidido buscarlo después de todos estos meses? Estábamos tranquilos y más enamorados que nunca... Tengo miedo de que al verlo él sienta nuevamente algo por él.
Me coloco una camiseta y salgo de la habitación. Sé que no debo hacerlo, pero es inevitable. Bajo la escalera intentando hacer el menor ruido posible y al llegar a la sala camino sigilosamente hasta llegar a la puerta del estudio. Me paro a un costado y como todo un cotilla intento escuchar lo que dicen.
—Jimin, sabes que me tendieron una trampa. Le escucho decir.
—Si, como no... una trampa que bien has disfrutado. Ya vete, de verdad... lo que teníamos que hablar de negocio ya lo hemos hecho.
—No vine aquí para que compraras las acciones de mi compañía solamente. Eso ha sido solo una excusa, necesitaba verte.
—¡No te me acerques! Le escucho gritar y sin poder sopórtalo más, entro al estudio.
Lo veo sujetándolo del brazo y me lleno de rabia, sin pensarlo lo sujeto de la camiseta y lo acorralo contra la pared. —¡Mi esposo te ha dicho que la sueltes! Le grito y con toda esta rabia que siento le pego.
—¡Jungkook! La escucho gritarme. —¡Amor, detente! Me sigue gritando al ver que no lo suelto.
Siento sus manos sujetando mis brazos mientras me intenta tirar para que lo suelte.
—¿Te ha lastimado? Le pregunto sin soltarlo todavía.
—No amor, todo está bien. Por favor... Me pide y lo suelto para darme la vuelta y verla a los ojos.
—¿De verdad estas bien? Pregunto sujetando su rostro.
—Si amor, estoy bien... No vale la pena.
—¡A mí no me engañan! Yo sé cómo ha sucedido todo. Nos dice y quiero romperle la cara nuevamente.
—No Jungkook... Vuelve a repetirme él.
—¡Vete de aquí! Le exclamo.
Mirándome de una manera amenazante el sale del estudio.
—Ya amor, ya... Me dice el sujetando mi rostro para que no salga detrás de él.
—¿Qué quería? Pregunto alterado.
—Vino a venderme sus acciones de la compañía constructora. Según él no quiere que piense que estaba conmigo por dinero...
—¿Se las vas a comprar? Pregunto sorprendido.
—Sí, pero solamente porque me saldría más caro cancelar varios de los contratos que tenemos... Es muy largo de explicar; no te preocupes amor, no lo volveremos a ver después de eso.
—No lo creo. Él te quiere de regreso en su vida. Digo con mucha rabia.
—Pero yo no quiero ser parte de su vida, quiero ser parte de la tuya mi alfa cascarrabias. Me dice sonriente y no sé cómo lo hace, pero me hace reír.
—¿Cascarrabias? Yo solo defendía lo mío. Digo con una media sonrisa.
—Mmmm... mi boxeador favorito. Dice y besa la comisura de mis labios.
—¿Tu boxeador favorito? Pregunto mientras siento sus manos por debajo de mi camiseta.
—Si... ya te acabo de imaginar todo sudado con los guantes de box y yo besándote completito para curarte de los golpes. Me dice y va besando mi rostro.
—¿Por qué no nos olvidamos de los guantes y los golpes? Lo de sudado lo podemos solucionar rápidamente. Digo de manera cómplice mientras la tomo entre mis brazos y la siento sobre el escritorio.
—Cierra bien la puerta... Me susurra al oído cuando me dispongo a besarlo.
Mirándolo con ganas de matarlo por hacerme esto, camino rápidamente a la puerta y la cierro con llave.
—Ya. Digo sonriente y vuelvo a acercarme a él.
Cuelo mi mano debajo de su pierna para acariciar su pierna y la beso apasionadamente. Siento sus manos colándose por debajo de mi camiseta mientras la va levantando.
—Continuemos con lo que nos han interrumpido. Dice y luego muerde mi oreja para volverme loco.
—En el escritorio, me gusta... Digo y beso su cuello., dejando escapar gemidos de felicidad, llenando el lugar de nuestros aromas
Rápidamente las prendas van cayendo en el suelo, para poder fundirnos en uno solo amándonos como mejor se nos da, embistiéndolo lentamente, creando un vaivén placentero, golpeando su punto dulce, apretando sus muslos internos en torno a mí, volviéndome loco, provocando un gemido ronco de mi garganta, profundizando más las embestidas rápidas y duras, aprieto sus caderas contra mi mientras libera un corto gemido de placer, el cual significa que pronto llegara al clímax, siento que nuestros muslos se tensan y me vengo dentro de él .
- ¡Ah!
Nuestras respiraciones completamente agitadas son la música que nos queda después de todo lo que sentimos. Su mirada con la mía, su sonrisa respondiendo a la mía es todo lo que está bien en este mundo.
—Esto ha sido diferente. Me dice pícaramente y luego se ríe de sus propias palabras.
La observo caminando en busca de su ropa y solo puedo admirar cada milímetro de él. –Eres precioso.
—¿Y tú? Es que tú eres lo que le sigue de guapo. Me dice y se acerca para darme un beso. –Te amo.
—Y yo a ti...
—Toma, vístete que no creo que debas caminar así por la casa. Dice entre risas.
—Sería interesante. Digo en broma.
El me mira serio. —¡Exhibicionista!
—Solo para ti... Digo tomándolo por la cintura.
—Amor...
—Quiero ir a la playa... es sábado, no tengo que trabajar, ¿vamos?
—Vamos, sabes me encanta la playa.
—Desayunemos y vayamos entonces cariño. Me dice y me da un último beso antes de salir de esta burbuja en la que se ha convertido este lugar.
𝓒𝓸𝓷𝓽𝓲𝓷𝓾𝓪𝓻á...
Será que siempre sus enojos termine así con reconciliación?
꧁🐾 𝓨𝓮𝓸𝓷𝓰 𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓸🐾✨꧂
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𝓒𝓪𝓼𝓪𝓭𝓸𝓼 𝓹𝓸𝓻 𝓪𝓬𝓬𝓲𝓭𝓮𝓷𝓽𝓮
RandomUna despedida de soltero en Las Vegas se sale de control, una borrachera termina en una habitación de hotel sin recordar nada. Exactamente eso le sucedió a nuestros pequeños personajes, un famoso cantante y un millonario; despiertan sin recordar el...