Una despedida de soltero en Las Vegas se sale de control, una borrachera termina en una habitación de hotel sin recordar nada.
Exactamente eso le sucedió a nuestros pequeños personajes, un famoso cantante y un millonario; despiertan sin recordar el...
No sé qué hora es, pero unas manos masajeando mi espalda hacen que abra los ojos absorbiendo la luz del sol que se cuela por el enorme ventanal que hay en la habitación.
—Amor, es hora de levantarnos de esta cama. Dice colocando sus rodillas a cada lado de mi cuerpo y siguiendo con esos masajes tan relajantes.
—Mejor no. Digo con una sonrisa.
—Ya son las seis de la tarde...
—¿Y qué? Quedamos en que nos quedaríamos encerrados aquí toda la noche de anoche y todo el día de hoy y hasta mañana... Le digo de manera picara.
—Eres insaciable Junkookie, pero te aviso que hay un mundo allá afuera.
Sin que él se lo espere me giro para poder girarlo sobre mí. –¡Que se olviden de nosotros! Que piensen que nos hay llevado los extraterrestres o lo que quiera pensar la gente. Le digo entre risas.
—El extraterrestre eres tú que no te cansas nunca. Replica riéndose al igual que yo. –Voy a comenzar a creer que eres un vampiro o algo así. Continúa diciendo entrecerrando sus ojos y mirándome como sospechando de mí.
—Creo que alguien ha visto muchas películas de vampiros por aquí. Le digo burlándome de él mientras enredo mis brazos en su cintura.
Él acerca su rostro al mío y cuando está a punto de besarme, esquiva mis labios y se acerca a mi oído. –Debo confesarte algo... Dice de manera muy sensual.
—Te escucho.
—Hubo una época que estaba muy enamorado del personaje de Edward Cullen, ¿Sabes quién es? Pregunta entre risas y puedo notar que le da algo de vergüenza esta confesión.
—¿Quién no lo sabe? Han enloquecido a todos con esas películas y libros. Le admito. –Entonces, ¿Te gustan los chicos malos que parecen buenos? Le pregunto sin poder parar de sonreír.
El piensa un instante, mira hacia el horizonte, y luego me mira nuevamente. –Me gustaba lo romántico y protector que era con Bella. Me gustaba que su amor no era egoísta y que estuvo dispuesto a muchas cosas por ella, pero cuando te conocí bien a ti, me di cuenta que Stephenie Meyer de haberte conocido a ti, hubiera escrito a su personaje igualito a ti. Me dice y comienza a plantar besos por todo mi rostro.
—Mmm... pero que romántico... Logro decir en medio de sus besos mientras que mis manos buscan levantar su camisón.
—Espera... Me pide deteniendo mis manos.
Lo miro extrañado y realmente no entiendo porque me ha detenido en el mejor momento.
—Jimin... no me hagas esto... Le pido y vuelvo a besarlo.
—Amor, de verdad. Insiste en medio de besos.
—Espero que sea importante. Digo haciéndome el ofendido.
—No me mates, pero había olvidado que tenía que ir a un coctel esta noche. Dice poniendo cara de inocente.
Lo miro levantando mis cejas y no puedo creer que me haya detenido por eso. —¿Es broma?
El niega con su cabeza –No amor, pero prometo que te compensare por esto. Dice intentando negociar.
Sin hacer caso a sus palabras lo sujeto más fuerte contra mi cuerpo y beso su cuello. –Ah no cariño, conmigo no intentes negociar. Le digo sin dejar de torturarlo a besos.
—No seas niño... de verdad tengo que ir... ven conmigo... Me pide.
—No soy niño, soy un hombre que desea a su esposo con cada parte de su ser... Le aclaro.
—Y yo a ti, pero no podemos pasarnos todo el tiempo en una cama. Dice entre risas.
—¿Quién lo dice? Además, hace semanas que no te tenía y no sabes lo mucho que te necesite...
—Kookieeeee.... Por favor... vamos un rato y después seguimos con esto. Me pide nuevamente.
—Te va a salir caro. Le advierto haciéndome el interesante.
—¿Muy?
—Como no tienes idea.... Le digo intentando no reírme a causa del plan que se me pasa por la cabeza.
—Miedo me das...
—Haces bien.
—Supongo que me gustara, ¿no? Pregunta con demasiada curiosidad.
Si tan solo supiera...
—Muchísimo...
—¿Crees que un traje negro muy sensual haga que te sientas un poco mejor y no busques vengarte? Me pregunta queriendo seducirme, cosa que le es muy fácil.
—Inténtalo... Le respondo queriendo no mostrarle tanto interés, aunque estoy que muero por verlo vestido así.
—Bueno, entonces me iré a duchar. Te he comprado un traje; está en tu guardarropa. Dice con una enorme sonrisa mientras se pone de pie.
—¿Tu desde cuando me compras ropa? Pregunto con mucha curiosidad.
Se para en el pie de la cama y me mira de manera desafiante –Desde que te imagine vestido con ese traje y me dije que tenía muchas ganas de ser yo quien te lo quite más tarde. Me responde con una enorme sonrisa.
Realmente amo a este hombre; está loco, pero es mío.
—Entonces supongo que yo podre quitarte el tuyo...
—No esperaba menos de ti. Dice pícaramente y me lanza un beso para después marcharse y entrar al baño.
No sé muy bien que ha sucedido con aquel hombre asustado y llena de miedos que tuve a mi lado por un tiempo, pero solo sé que me encanta esta versión de mi rubio y loco esposo. Hace que tenga mil motivos para sonreír y me divierte con sus ocurrencias. Se ha apoderado de cada parte de mí y amo que sea de esa manera; jamás me he sentido tan vivo como lo soy a su lado.
𝓒𝓸𝓷𝓽𝓲𝓷𝓾𝓪𝓻á...
¿Como que hace falta un poco de drama no? ¿Mmm que será? Trabajando en ello...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.