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Había pasado un mes desde que Taehyung había llegado a la mansión Jeon, a pesar de que ya había pasado todo ese tiempo, aún no se acostumbraba del todo a que aquellas muchachas hicieran todo por el, a que en las ocasiones que iba a la empresa con ...

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Había pasado un mes desde que Taehyung había llegado a la mansión Jeon, a pesar de que ya había pasado todo ese tiempo, aún no se acostumbraba del todo a que aquellas muchachas hicieran todo por el, a que en las ocasiones que iba a la empresa con Jungkook se reverenciaran a el o que todo aquello que quería se lo dieran en ese momento.

Tal vez si se había vuelto un poco caprichoso, pero, ¿que esperaban? No era culpa de el, después de todo, su lindo y bonito Jungkookie lo estaba acostumbrando así, según Yoongi Hyung, lo estaba mal criando, pero para Jungkook era el imposible negarle algo a su pedacito de cielo, le gustaba ver como sonreí y como con voz suavecita le agradecía y además de eso le daba pequeños y tímidos besos.

La habitación de Taehyung ya estaba arreglada y se la pasaba la mayor parte del tiempo allí, ya sea leyendo, escuchando música o durmiendo, solo salía cuando era estrictamente necesario o cuando su Daddy lo regañaba diciéndole que no se encerrara en aquellas cuatro paredes pues no le agradaba eso, pero es que, aquellas cuatro paredes lo hacían sentir bien y tranquilo, afuera también era tranquilo, pero aún no se acostumbraba del todo a que un montón de gente que aún no terminaba de conocer lo rodeará, al igual que aquel guarda espaldas que se le había asignado lo siguiera a todas partes y el único lugar donde no podía estar con el, era en su cuarto.

No le molestaba Hoseok, era un chico dulce, amable y su sonrisa era muy bonita, forma un corazón cuando sonreía, lo que le molestaba era el trabajo del chico, a cada rato junto a él, sin responderle casi preguntas y hablándole de forma seria, Taehyung sabía que en el fondo aquel bonito chico no era así, solo que su Daddy Jungkook le daba la orden de que fuera así, y el lo único que quería era poder tener con quien jugar.

Veía una o dos veces a la semana a Jimin y les había quedado rotundamente prohibido a los dos ir al jardín, ya fuera en la casa de Yoongi o en la casa de Jungkook, a menos de que alguno de estos dos no los estuviera vigilando no podían salir a el jardín, y dentro de las casas no había mucho que hacer, dabas un mal paso y ya podías romper algo y no querían eso, para nada, eso significaba castigo, así que la mayoría de veces que se veían, jugaban en la consola o juegos de mesa, que terminaban siendo muy aburridos porque ni Hoseok ni Jackson, así se llamaba el guarda espaldas de Jimin, cedian a jugar con ellos, los ignoraban olímpicamente hasta en algunas ocasiones haciendo que estos se pusieron a llorar de la desesperación por no tener la atención de los dos mayores.

Su Hyung le decía que dentro de poco entraría a la escuela y esa idea no le molestaba del todo, pues ya quería salir de esa casa, estaba cansado que si no era en la mansión Jeon era en las empresas Jeon o visitando algún almacén con los productos de su Daddy, acompañándolo para que firmara alguno de estos para que más gente llegara a comprarlos.

Durante este mes, el mayor tampoco le había preguntado mucho de su pasado, y ya casi ni se veían, el mayor llegaba tarde a la mansión, en la mayoría de ocasiones de tal forma que lo único que encontraba era a su príncipe durmiendo muy cómodamente en su habitación.

Daddy King - TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora