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Sonó la alarma y se revolco frustrado en la cama mientras maldecía internamente, porque se le tenía rotundamente prohibido decir malas palabras, con enojo apago aquella bulliciosa alarma y se tapo con sus cobijas

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Sonó la alarma y se revolco frustrado en la cama mientras maldecía internamente, porque se le tenía rotundamente prohibido decir malas palabras, con enojo apago aquella bulliciosa alarma y se tapo con sus cobijas.

Exactamente hace dos meses iba a la escuela y ya quería vacaciones, no aguantaba más, día tras día estaba ocupado, dos veces a la semana tenía que estar todo el día en el colegio de 7 a.m a 6 p.m, otro día tenía que ir a ayudar a unos niños en un hogar infantil, de esta forma haría sus asquerosas horas sociales, a pesar de que estaba en escuela privada tenía que hacer eso y otro día más, tenía que ir a la empresa de su Hyung durante toda la tarde para ayudarle con papeleo y demás.

El mayor se había ofrecido a firmarle las horas y el no tenía que hacer nada, pero claro, como no quería ser el típico niño mimado, cosa que ya era, que le hacían siempre todo rapido y sin menor esfuerzo, se negó y acepto ser su segundo secretario, creyó que iba a ser fácil, que no tendría tanto trabajo, después de todo era el segundo secretario, ¿no? Pero se equivoco horriblemente, tenía que revisar papeles, hacerle la agenda a su mayor y para colmo, también tenía que ir con el a todas aquellas aburridas reuniones.

Estaba cansado, se sentía agotado, no quería ir a más a la escuela, jamás creyó que el estar en último año de esta iba a ser tan frustante y agotador y de solo pensar que dentro de unos meses tendría que comenzar a estudiar en sus preciados fines de semana para aquella prueba de estado, le daban ganas de llorar.

¡¿En que momento había deseado entrar ya a la escuela?! Porque se arrepentía horriblemente.

- Amor, despierta - Quito con cuidado las cobijas trato de alzar el delgado cuerpo, pero este, se negaba sosteniéndose con una mano a el borde de la suave cama.

- No quiero ir - Hablo ronco, tan solo había dormido 3 horas, todo por estar haciendo un estúpido trabajo de dialecto coreano.

- Mi vida, te prometo que esta tarde cuando vayas a la empresa iremos a comer un helado - Jeon era amable con su pequeño pues sabía lo cansado que estaba, nunca lo veía descansar, siempre estaba haciendo algo.

Negó y escondió su carita en el suave colchón.

- Mi hermoso príncipe - Volvió hablar de forma linda y con cuidado quito la mano la cual se agarraba de la cama para alzarlo y llenar de besos aquel bonito cuello.

Taehyung sollozo levemente y apretó con fuerza por el cuello a su mayor.

- No quiero ir más a la escuela - Comenzó a llorar mientras negaba, sus ojitos ardían y su cuerpo dolía demasiado al haber tenido el día de ayer dos horas de deportes.

- Príncipe, no llores, me preocupas, ¿Quieres contarme algo? - Con cuidado acaricio los suaves cabellos y se sentó en la cama dejando en sus piernas a el menor.

- Estoy muy cansado Hyungie, ya casi ni nos vemos, todo el rato estoy haciendo trabajos o en la escuela, quiero a papi Jungkook, quiero mimos y besos - Escondió su cuello en aquel lugar mientras lloraba y mordía sus labios.

Daddy King - TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora