Capitulo 22

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— ¿Por qué tan desanimado? — la mujer vio a su hijo mayor, quién veía la televisión con una expresión tristona.

— Mama... —  la mujer se sentó a su lado.

— ¿Estás así por lo que dijo el viejo de tu padre? — Seokjin asintió — tampoco estoy de acuerdo con lo que dijo.

— No quiero cambiarme de instituto, estoy en último año — removió su cabello alejando sus deseos de enojarse — además, ¿por qué se pone en ese plan?.

— Hablaré con él — acarició su espalda.

— ¿Cuando?, se a ido otra vez, vendrá dentro de dos semanas y él dijo qué empezará a buscar informes, quiere la información cuando llegue.

— Pues no buscarás nada, si el te llama para preguntar sobre los informes, simplemente le cuelgas y ya.

— Se enojará aún más — se recargó contra el respaldo del sillón.

— Voy hablar con él, Seokjin, definitivamente lo voy hacer — su hijo la miró — no te preocupes de ésto, tú asiste a clases.

— ¿Sino cambia de opinión?.

— Lo echamos de casa — sonrió — iré a ver qué hace Taehyung, ya está demasiado silencioso y aún no hay paradero de él, seguramente estará haciendo una travesura — se alejó para subir las escaleras hasta la habitación de su hijo menor.

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— Mujer, ya hablamos de ésto — caminó hasta el patio —  no voy a cambiar de opinión, Seokjin hará lo que dije porque no me hizo caso cuándo claramente le dije muy bien que no quería saber que estaba en otra casa.

— Seokjin no quiere cambiarse de instituto — mencionó ya cansada — está en último año.

—  Ya lo dije amor, no sigamos con ésto¿sí?.

— Escucha Kim Nam Gil — el hombre se encogió ante el tono de la mujer — si Seokjin no quiere cambiar de instituto, no lo va hacer, ni tú y ni yo lo vamos a obligar.

— ¡Pero debe aprender a obedecer de una u otra manera!.

— Es un chico que si obedece, tal vez no es un estudiante ejemplar, pero es un chico bueno. Confórmate con que no esté por alguna esquina haciendo quién sabe qué.

— Jamás dije que fuera un vago. Seokjin se cambiara de instituto, y sí te va a lloriquear, que al menos piense en lo que hizo mal — contestó frustrado -— dile que me llamé.

— Ja' —  se burló con una sonrisa agria — ¿Y quién eres tú para mandarlo? — él hombre levanto una ceja, confundido — nunca estás en casa, rara la vez fuiste a alguna presentación que tus hijos tenían en la escuela y cuando estás en casa, ¿Quieres prohibirles que hacer?.

— ¡Estoy trabajando! — bajó un poco la voz  — trabajo para darles una mejor vida, es por eso que no me la paso en casa, Dios, mujer.

— No les hace falta nada, tienen todo.

— ¿Pero cómo voy a dejar de trabajar?.

— Escuchá, ya no quiero hablar más de este tema, si lo vuelves a tocar, te echaré de casa por un tiempo — el hombre abrió la boca — no lo vas a cambiar de instituto, punto y final.

— Soy su padre.

— Y yo su madre. Si lo llamas para gritarle — hizo una pausa para pensar en sus palabras — me voy de casa con mis hijos, y no te diré a dónde.

— ¿En serio te pondrás de ese modo?.

— Por mis hijos, soy capaz del divorcio.

— Estás llevando ésto muy al extremo — negó con la cabeza.

La mujer se despidió de su marido, para así colgar la llamada.
El hombro guardó su celular y suspiro irritado, dios, esa mujer si que era un casó.

La puerta del patio se abrió, y entró una mujer, sonriéndole.
Se tranquilizó cuando caminó hasta esté para darle un cortó beso.

— ¿Todo bien, el trabajo no te deja respirar? — el hombre la tomó por la cintura para entrar a la casa.

— Últimamente se están poniendo su genio, creó que me tomaré un descanso.

turyibay7.

Mi sangre recorriendo por tus venas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora