Capítulo 1

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Florence se despertó temprano en la mañana y llamó a su dama personal, Jessica, pero no recibió respuesta. Esta actitud se estaba volviendo cada vez más común en la dama, quien no parecía preocuparse por complacer a su señora.

Después de varios intentos, una joven criada llamada Monique se presentó en su puerta para atender a la marquesa. En otras ocasiones, Monique ya había asumido las responsabilidades que correspondían a Jessica, debido a que esta última, solía abandonar sus tareas sin temor a represalias, pues, el marqués siempre intervenía a su favor, ya que Jessica, había sido su nodriza desde pequeño y una figura materna para él. Criticar a Jessica, sería como faltarle el respeto a la propia madre de Alphonse Erauxer.

Monique, ayudó a Florence a vestirse con un elegante, pero sencillo vestido azul adornado con pequeñas flores rojas. Luego, peinó su cabello rubio claro con toques dorados, en un tocado adecuado para la ocasión, puesto que debía ir al palacio imperial para asistir a una reunión de damas organizada por la princesa Denis, con el propósito de charlar y estar al tanto de las noticias sociales.

Al llegar a su salón personal, se encontraba dispuesto un desayuno en una pequeña mesa junto a la ventana. Había una selección de té aromático, acompañado de panes, patés de diferentes sabores, quesos variados y diversas galletas. Florence se acomodó en la mesa para disfrutar de su comida, observando a través del gran ventanal en dirección a los amplios jardines del palacio.

Cuando estaba finalizando el desayuno, tocan a la puerta del salón, apareciendo por ella Pierriette, el ama de llaves, en compañía de Jessica.

-No me esperaba, señora, que se levantaría tan temprano el día de hoy, ya que por lo general, acostumbra a dormir hasta tarde -dice Jessica, con tono burlón al acercarse a la mesa en la que se encontraba Florence.

-Eso no es excusa para no encontrarse en su puesto de trabajo -advierte de manera severa el ama de llaves.

-Ya me he presentado y he dado mis explicaciones. No entiendo ¿Cuál es el problema? - contesta Jessica de manera altanera.

-Mi pregunta es ¿Cuánto tiempo más Monique cubrirá tus faltas? Porque no entiendo para que está usted aquí, si ni siquiera su trabajo puede hacer. Es mejor renunciar ¿No está de acuerdo conmigo? -dice de manera calmada pero fría Florence.

Ante esto, la mujer alta y regordeta se acerca un poco más a la mesa de su señora, junto con una sonrisa sarcástica y la insolencia que siempre le había dado su impunidad.

-Es muy cierto lo que usted dice, señora, yo tampoco comprendo para que está usted aquí, si solo se lo pasa holgazaneando, gastando el dinero del señor marqués, y para lo único que se le mantenía aquí, no lo ha podido hacer.

Florence se levanta de su silla de manera abrupta y toma el jarrón de agua fría que había sido utilizado para enfriar el té. Sin pensarlo dos veces, lo arroja directamente al rostro de Jessica, quien emite un grito ahogado al sentir el impacto del líquido helado empapándola por completo.

-Esta mujer debe ser expulsada del palacio de inmediato. No deseo volver a verla por aquí -dice Florence malhumorada al caminar hasta donde se encontraba el ama de llaves.

-Pero, mi señora... -responde preocupada Pierriette.

La marquesa reconoce que el ama de llaves, no tiene la autoridad para despedir a un sirviente tan cercano a su esposo. Sin embargo, decide tomar cartas en el asunto y enfrentar la situación directamente.

-Hablaré con mi esposo -afirma con determinación. -Y quiero que se le descuenten todas las tardanzas y los días no trabajados a la señora Jessica, ya que parece preocuparle tanto el bienestar del patrimonio del marqués. Estoy segura de que estará de acuerdo en no recibir salario si no cumple con sus responsabilidades adecuadamente.

Los Secretos de la MarquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora