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La música era muy alta para su gusto, ¿pero que esperaba de una fiesta de universitarios? Si bien, era su primera fiesta luego de entrar a la universidad, le hacía muy poca ilusión. Sólo estaba ahí porque sus amigos lo terminaron de convencer y en un momento alocado decidió asistir.

— Lou Lou hablaron detrás de él haciéndolo saltar en su lugar por el repentino susto que le habían sacado.

— Hola Sandy— abrazó a su amiga que no había llegado con él y el resto de su grupo de amigos. Ella era la otra omega además de él de ese grupo de amigos, por lo que se llegaron a entender muy fácil y podría decir es su mejor amiga hasta ese punto en su trayectoria en la universidad.

— ¿Qué tal tu primera fiesta? ¿Por qué estás aquí sentado? se puso frente a él logrando tapar su vista a la pista de baile donde se encontraba la mayoría de personas, moviendo su cuerpo al ritmo de la música que se presentaba en los altavoces.

— Realmente Sam se fue una vez llegamos aquí y Lana fue con otra de sus amigas, así que no tuve de otra que venir a sentarme se encogió de hombros ante su explicación.

A decir verdad, él no era desapercibido, tenía una presencia poderosa que intimidaba a muchos omegas y atraía a los alfas. Era precioso, con sus brillantes ojos azules, su sonrisa perfecta, su nariz pequeña, su figura espectacular, su muy buen sentido del humor y su mirada. Esa mirada que intimidaba a muchos, que te expresaba más que un millón de palabras que él te podría decir.

Y sí, en las fiestas que había llegado a asistir antes era uno de los mejores bailarines pero todo ello por la confianza que había logrado crear con todos sus demás amigos. Estaba ansioso por bailar, la música era muy movida y sabía que tenía muchos pasos por mostrar, simplemente no estaba con el ambiente que necesitaba ni con las personas.

— Ahora llegué yo, vamos a bailar lo jaló con ella y tomó dos vasos rojos que le ofrecieron, contenían cerveza, no era su favorita pero sabía que para agarrar ambiente tenía que introducir algo en su cuerpo y si eso era lo que había al alcance no se podía negar.

Tomó un gran sorbo de su bebida y justo en ese momento la canción cambió a una que él verdaderamente amaba bailar. La melodía primero era lenta, con ritmo. Empezó a mover sus caderas junto a su amiga que le seguía el ritmo y reía al ver tales movimientos de su parte.

La letra de la canción comenzaba y con ello el ritmo más movido de la misma. Él sabía hasta los espacios en los que la cantante no decía palabra alguna y en qué segundo comenzaba de nuevo. A su alrededor comenzaban los demás a menear su cuerpo también, su amiga lo halagaba por la manera en que se movía y él sólo agradecía riendo y continuando con sus movimientos.

Sandy no se quedaba atrás, ella contorneaba su cuerpo frente al omega y el vestido que llevaba sólo hacía resaltar más su linda y delicada figura logrando que varios alfas voltearan en su dirección. Ellos se divertían, reían y se movían conforme las melodías cambiaban, los tragos empezaban a hacer efectos pero seguía consciente por ello dejó de aceptarlos, no quería llegar a vomitar, olvidar lo que hacía o ser imprudente con sus palabras y movimientos.

Como en una película, desde el otro lado de la sala conectó miradas con un alfa que igual bailaba y lo veía detenidamente, con su atrevimiento sonrió de lado con esa dentadura perfecta. Hizo un movimiento con sus manos en alto logrando que la corta prenda que cubría su torso se alzara dejando ver su abdomen plano.

Le dio la espalda al alfa volviendo con su amiga pero cuando la intentó buscar ella ya no estaba ahí, estaba unos cuerpos más allá bailando con una alfa que le sonreía de manera tierna. Se veía mayor que ellos pero su amiga se veía muy cómoda.

Just me & you... and the babyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora