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El lunes por la mañana, Louis estaba en su asiento de todos los días preparado para tomar la clase de innovación. Detrás de él estaba un grupo de amigos que no le agradaban hablando de lo increíble que había sido su fin de semana.

Era un grupo de 5 omegas. Hablaban de haber ido a un bar y de lo bien que se la pasaron pero que en especial Dylan había sido quien se la pasó mejor de ellos. Lo halagaron y pidieron que diera detalles.

— Pues todo fue increíble, ustedes vieron a ese dios que tuve la oportunidad de conocerlo en la cama. Es tan bueno, que me sacó cuatro orgasmos en la noche. Recibí su nudo dos veces pero realmente sé que estaba tan ebrio que no sabía que estaba conmigo, repetía otro nombre pero la verdad no me importó, sólo me importaba tenerlo entre mis piernas— todos rieron ante el comentario y Louis sólo frunció el ceño.

¿Qué tenía de divertido haberse acostado con alguien quien no está en sus cinco sentidos? Bueno, así conoció a Harry así que no podía opinar mucho sobre el tema.

Sonrió recordando al alfa, ¿Qué estaría haciendo? ¿Lo volvería a ver? Esperaba que sí, James le había confirmado que no estaba saliendo con nadie así que mucho problema no había. Quería contactarlo pero no sabía cómo.

Él nunca vio el papel que Harry le había dado. Al lavar los trastes, el papel cayó en la tarja y se deshizo sin que el omega pudiera siquiera percatarse de su existencia.

Pensaba todas las noches que un día Harry llegaría a visitarlo con un ramo de flores dispuesto a volver a ver una película con él o al menos sentarse en la terraza viendo el atardecer mientras escuchaban música. Cualquier cosa sería perfecta si estuviera con el alfa.

— ¿Por qué la sonrisa, precioso? — preguntó una voz que lo hizo rodar los ojos. Ivaan se había vuelto más insistente desde que llegó con un olor nuevo, con su aroma natural.

La escuela entera se hundió en chismes sobre el omega negado y a él poco le podía importar lo que decían de él entre los pasillos.

— Por ti no, claramente— dijo sarcásticamente agradeciendo que en ese momento entró el profesor para dar las indicaciones para avanzar en el proyecto.

La clase se le pasó muy rápido para Louis, afortunadamente era la última hora del día y podría ir a descansar un rato a su casa antes de ir al trabajo.

Algo dentro de él se emocionó al acercarse a la salida, creía que era porque en casa una pizza del día anterior lo esperaba pero su sorpresa fue al ver a Harry ahí parado en la entrada, recargado en su carro, esperando a alguien.

Llevaba su traje de oficina y unos lentes oscuros cubrían sus ojos, su cabello corto y rizado en las puntas sólo era un punto más a su favor para que todos voltearan en su dirección.

Cuando divisó la figura frente a él, quitó sus lentes para poder acercarse con una sonrisa hermosa. Louis se acercó de a poco a él. Llegando a estar frente a frente. Estaba por dar la primer palabra cuando una voz se escuchó detrás de él.

— ¡Dylan es el Dios con el que te acostaste! — gritó una de sus compañeras.

Él estaba confundido, es decir podría ser cualquiera pero el olor dulzón de Dylan llegó a su lado con su presencia.

— Hola— sonrió coqueto hacia Harry quien lo miraba confundido. Louis sólo intercalaba la mirada entre ambos— Creo que no me recuerdas, pero el fin de semana tu me llevaste a tu departamento y nos acostamos— soltó una pequeña carcajada.

— ¿Perdón? — claramente que se acordaba y los recuerdos de ese día llegaron. Si para el domingo estaba arrepentido, ahora lo estaba al triple.

— Tomlinson, ¿Tú lo conoces? — preguntó con su sonrisa burlesca.

Just me & you... and the babyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora