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Despertó con el atardecer colándose por la ventana, la cabeza le dolía como las veces que no podía descansar por completo, se asomó por la ventana, abriendo las cortinas de par en par, apreciando el lindo paisaje del sol reflejado en el mar.

Recordó la última vez que había ido al mar, fue poco antes de que Owen naciera, Alexis estaba muy emocionado por su futura familia pero no todo es felicidad en la vida.

La muerte de la madre de Owen le dolió mucho, pero nada se comparaba con lo que había pasado. Muchas de las cosas que habían comprado aún las conservaba, otras las tuvo Owen.

Escuchó ruidos afuera y volteó cuando escuchó la puerta ser abierta, con una sonrisa en los labios.

— Oh, despertaste— Caleb le sonreía de regreso— vamos a cenar afuera, así que arréglate porque seguro las miradas estarán sobre ti— le guiñó el ojo derecho y salió de ahí. Hizo que sonriera y empezara a hacer memoria de los conjuntos que llevaba.

Se acercó al armario, donde horas atrás guardó sus conjuntos de ropa. Al abrir las puertas, se encontró con su ropa, y a un lado la de Harry. Suspiró.

Sabía que tenía que hablar con él, pero no sabía si él quería hablar o si quisiera saber de su existencia. No sabía que tanto había cambiado Harry o qué pensaba de él. Temía que le dijera que era algo del pasado y que había dado vuelta a la página. No porque lo superó o hubiera avanzado. Pero temía que negara la existencia de su hijo o que no lo hubiera perdonado.

Se metió a dar un baño rápido en el que pensó las cosas que quería decir y preparándose para verlo nuevamente. Para poder tener una conversación adecuada, hablando como los adultos que eran.

Salió con sólo una bata de baño, parándose frente al mueble para elegir la ropa. Era la playa así que no podía ponerse cualquier cosa, además de que el calor era bastantes grados más arriba que el de la ciudad.

Tomó un conjunto de ropa, un short amarillo de tela liviana y una playera de tirantes blanca del mismo tipo de tela que la prenda de la parte inferior. Se sentó en la cama para empezar a aplicar la crema sobre su cuerpo, empezando por las piernas y subiendo poco a poco hasta llegar a su cara.

Estaba vestido únicamente con ropa interior cuando aplicaba la crema sobre sus brazos, quitó la bata para poder aplicarla sobre sus hombros cuando la puerta se abrió de golpe.
Se sobresaltó y volteó a la entrada de la habitación donde Harry estaba parado, estático sin quitar la mirada de la suya. El color rojo en sus mejillas escaló hasta hacerlo parecer un tomate. No sabía qué hacer o cómo actuar así que sonrió.

— Oops— dijo viendo en su dirección.

— Hola— contestó entrando a la habitación sin poder controlar a su alfa que le rogaba por acercarse a él, sólo bajó la mirada— lo siento, voy a bañarme, lamento entrar así.

— ¿Harry? — el nombrado hizo un sonido con la garganta para que supiera que lo estaba escuchando— ¿Me ayudas a humectar la parte de mi espalda?

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— Jodida mierda— gruñó contra el cojín que puso en su cara.

Se tiró en la cama de su amiga en cuanto entró a la habitación. Necesitaba ordenar sus pensamientos. Se supone que había ido a despejar la mente pero no podía con la situación.

— ¿Por qué estás con ese humor? — preguntó Lana arrugando la nariz al reconocer el olor a desesperación en Harry. Se descubrió el rostro y la vio con molestia.

Just me & you... and the babyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora