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Había amanecido apenas unos instantes atrás, los cariños mañaneros entre la pareja eran tan usuales como los pájaros cantando fuera de su ventana.  El leve frío se sentía sobre su piel aunque no era demasiado debido a la calefacción, era más un frío debido a la falta de un cuerpo abrazado al propio, como una pérdida.

Los cachorros aparentemente seguían dormidos pues no se escuchaba nada más que los susurros de las palabras pronunciadas entre ellos.

—Y después me decía que vendría por mi y me iba a robar— contaba Louis sobre el pecho desnudo de su alfa mientras éste acariciaba con amor su espalda, con el ceño fruncido y su aroma volviéndose más fuerte debido a la protección que empezaba a sentir por el relato del sueño que tuvo Louis.

—No dejaré nunca que alguien te aparte de mi, menos a robarte y mucho menos ese imbécil— sus caricias iban bajando un poco más con cada caricia sobre su desnudo cuerpo— conmigo estás a salvo, no tienes nada que temer.

—Lo sé y durante ese sueño me relajó tu olor, haciéndome saber que era solo un mal sueño— dejó su posición y estiró su cabeza hasta que dejó un camino de besos desde el cuello del alfa, pasando por su marca de apareamiento, mandíbula y terminando en sus labios con su cuerpo sobre él— tu siempre me haces sentir a salvo— volvió a unir sus labios— tu me haces sentir que todo estará bien. Tu eres mi alfa, mi hogar— volvieron a unir sus labios y lun leve movimiento de caderas de parte del alfa empezó a profundizar el beso.

—Mi omega, mío y de nadie más— su lengua comenzó a buscar dentro de la cavidad contraria sacando un pequeño gemido del contrario.

—Soy tuyo, sólo tuyo. Y tu eres mío— su respiración comenzaba a profundizarse y su place comenzó a hacerse presente— alfa, tómame— gimió sintiendo la desnudez de su contrario sobre la suya y el gran miembro de su compañero de vida creciendo debajo de sus muslos.

Harry lo volteó logrando que el cuerpo de su omega quedara bajo él. Besó su cuello sacando grandes y largos suspiros de Louis. Veía como su cuello era expuesto para su deleite y lamió la marca que los unía generando espasmos en ambos. 

El omega abrió las piernas para darle espacio al alfa, que gruñó al ver la escena: su omega con los ojos cerrados, susurrando su nombre con su voz llena de placer, sus manos aferradas a su cabellera y espalda y sus piernas abiertas esperando por él. Una de sus manos viajó por sus curvas, desde su cuello, pasando por su cintura hasta llegar a su trasero, con sus dedos largos amasó su piel, metiéndose poco a poco bajo su cuerpo, no era necesario debido a que su omega comenzaba a levantar su cuerpo para tener más contacto, sintió el lubricante de su amado en sus dedos.

Comenzó con las puntas de sus dedos jugando con los bordes de su entrada, empapando sus dígitos con el lubricante que ya salía de su entrada manchando un poco las sábanas. Los gemidos se hacían presentes con cada movimiento de los dedos del alfa, no podía contenerlos, la emoción se transmitía por medio del lazo, la mordida de los dos picaba con felicidad y emoción tenía ya bastante tiempo que no podían intimar, con el paso del tiempo los bebés tenían más energía, drenando completamente las de sus padres. 

En especial, ese día se sentía todo más placentero, más emocionante, más correcto. Harry estaba ansioso por hundirse en el interior de su omega, por ser uno solo una vez más, quería estar dentro de él lo antes posible, pero no quería lastimarlo, no podría hacerlo, aunque era poco probable debido a la gran cantidad de lubricante que salía de Louis.

—Por favor— pidió con desesperación, moviendo sus caderas contra el toque que mantenía con Harry— te necesito, ya.

—En este hogar tus deseos son órdenes— y no mentía, si Louis le pidiera cualquier cosa, él estaría dispuesto a dárselo, por más difícil que le pudiera ser conseguirlo.

Just me & you... and the babyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora