Just me & you... and the baby

8

— ¡No Harry! ¡El problema no es que tengas novio! ¡Te di tantas pláticas para evitar esto! — le gritaba su mamá.

—Mamá, entiende que no es mi novio, sólo pasó — no se atrevía a ver a los ojos del omega enojado.

—Peor, Harry. Bien sabías que para esas situaciones es más importante la protección— sobaba su tabique nasal tratando de controlarse un poco.

—Tranquilo cariño— hablaba el padre de Harry, que aunque no muy feliz con lo que les había revelado su único hijo, tenía que mantener la calma por él y su omega.

— ¿Te estás escuchando Nicolás? — le habló a su alfa incrédulo.

—No crean que estoy feliz con esto, tampoco que me enorgullece, pero no puedo hacer nada, no puedo tomar decisiones por mi hijo que bien supo por dónde meterse, menos por un joven omega que espera a nuestro linaje— después de ese comentario todas guardaron silencio.

—Lamento mucho esto, en serio. Pero lo hablé con Harry y le dije que no estaba obligado a hacerse cargo. Yo tengo el apoyo de mi madre, yo quiero al cachorro. No tienen que verse en la obligación de apoyar mi decisión ni estar en la vida de mi bebé pero no se los negaré si así lo quieren— rompió el silencio Louis ganándose la mirada de todos.

—Oh, no cariño, no es eso. Sólo que todo esto nos tomó por sorpresa. Él tendrá que hacerse cargo de sus acciones. Teníamos pensada una vida diferente para nuestro hijo pero al final del día son sus acciones y decisiones. Disculpa nuestra actitud, sólo fue algo que no esperábamos— le sonrió tranquilizante a Louis haciendo que él se sintiera bien.

— ¿Entonces no están enojados? — preguntó Harry temeroso.

—Contigo sí— le dijo su mamá dándole la espalda y caminando a la cocina.

Ambos se vieron y Louis quería reírse pero se estaba aguantando. Harry sostenía su mano en forma de apoyo y ahora el omega era quien sostenía sus manos apoyando esa fase por la que él ya había pasado.

Sus padres de Harry no lo rechazaron como su familia lo había hecho con él pero sí que estaban molestos. Se podía notar en los olores de sus padres, el olor del omega era picoso y hasta llegar a ser molesto, el olor del alfa se sentía pesado y abrumador para Louis que no estaba acostumbrado a esos olores.

Se quedaron solos luego de que Nicolás se fuera a seguir a James, su omega, a la cocina donde seguramente estaba cocinando ya que empezaba a oler a carne cocida y algunos tomates hervidos.

Harry pudo ver como Louis se empezaba a poner nervioso y su respiración se hacía entrecortada y pesada. Sus ojos se habían vuelto oscuros y sus labios eran mordidos con desesperación. Su mano empezó a ser más apretada por la contraria.

Estaba por hablar para preguntarle si se encontraba bien cuando Louis habló con una voz que jamás le había conocido.

— ¿Dónde está el baño? Necesito un baño, Harry— se puso de pie y rápido lo llevo al medio baño que se encontraba bajo las escaleras.

Sin poder evitarlo, empezó a vaciar su estómago apenas vio el retrete, se abrazó a este sin poder dejar de tener arcadas. Se sintió triste y poco a poco sus ojos se llenaron de lágrimas, tanto del esfuerzo que hacía como del sentimiento que lo empezaba a invadir.

Las arcadas continuaban y Harry no sabía que hacer más que frotar su espalda y estar ahí para él susurrando palabras bonitas como "Tranquilo, todo va a estar bien" o "en un momento te doy lo que tú quieras de comer".

Cuando terminó, le tendió una cantidad generosa de papel higiénico para que limpiara sus labios. Quería hacerlo él pero no quería incomodar a Louis. Se enjuagó la boca varias veces y cuando terminó conectó miradas con Harry en el espejo.