Just me & you... and the baby

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El semestre avanzaba y Louis llevaba todo con tranquilidad, él tendía a planear mucho las cosas así que sus métodos de estudio no eran complicados, tenía un horario para todo. Llegaba siempre diez minutos antes a la escuela para no estar retrasado en llegar a sus clases.

Ese día no fue la excepción, iba tranquilo con sus audífonos puestos, saludando a las personas que lo saludaban y sonriendo para los que lo hacían. Caminaba en dirección al edificio de biología donde tenía que tomar su clase de botánica. En su camino se encontró con una alfa que iba muy apurada, casi corriendo siempre observando para atrás y de vez en cuando sonriendo. Él se percató de ello y para no chocar con ella se hizo a un lado pero de un momento al otro, ella comenzó a correr terminando por impactar con su cuerpo.

— Ay dios, no— dijo poniéndose de pie y tendiendo su mano al omega bajo ella— lo siento muchísimo, en serio ay no, que vergüenza, en verdad lo lamento mucho— decía con mucha preocupación mientras ayudaba a Louis a recoger sus útiles tirados en el piso.

— No te preocupes, también iba distraído— mintió para dejar que el sentimiento de culpa inundara a la chica a su lado.

— ¡Que idiota te caíste! — escuchó una risa muy fuerte dese de lo lejos, gritando para que le escuchara y poco a poco se acercaba.

— ¡Fue tu culpa, estúpido!— devolvió el grito y le tendió las pocas cosas que recogió de Louis.

— Oh— tan rápido el alfa dejó de reír viendo el cuerpo a un lado de su amiga— hola— se sintió incómodo y rascó su nuca. A pesar de haber cruzado en los pasillos algunas veces, nunca pasaban de cruzar una sonrisa— disculpa a mi amiga es muy torpe— volvió a reír cuando recordó la forma en que su amiga cayó.

— Hola, no se preocupen. Ya me voy nos vemos otro día, Harry y...— dejó la palabra en el aire para que ella dijera su nombre pero estaba perdida en sus ojos, como si la hubieran hipnotizado.

— Alice, se llama Alice— respondió Harry por ella y Louis le dedicó una sonrisa apretada.

— Bien nos vemos luego— dijo y se retiró del lugar tratando de caminar lo más normal posible, había caído sobre su trasero y ahora dolía mucho.

El camino se le hizo corto pero llegó dos minutos más tarde a su clase por lo que le frustró un poco.

Sí, muy exagerado.

El día pasó con normalidad a un lado de Lana con quien compartía esa clase, tomó sus notas y hacía ilustraciones junto a ellas para entender mejor lo que le hablaban para luego estudiar.

La clase terminó y se podía regresar a su casa pero decidió pasar a una cafetería junto a su amiga para hacer la comida de una vez y llegar a descansar un poco para luego hacer sus deberes.

Pidió un sándwich de pollo con una malteada de fresa y su amiga unas tostadas de queso con aguacate y un té de menta.

Llegó su pedido y empezó a revisarlo, un mal hábito que tenía. Vio todo normal, sólo una parte del pollo estaba un poco crudo o poco cocido pero así lo comió. Su maltada tampoco le dio mucha confianza porque parecía que se dividía en dos fases pero igualmente decidió consumirla. Pagaron y se retiraron.

El día siguiente transcurrió sin complicaciones, pero una vez llegada la noche le dieron cólicos estomacales obligándolo a correr al baño y evacuar con dolor de estómago y cierto asco por lo que salía de su cuerpo. Terminó y fue a la cocina a prepararse algún té para el dolor, pero le llegó el olor de la comida que su mamá había preparado y nuevamente tuvo que correr al baño.