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El celo de Harry llegó el sábado a primera hora, despertó por el calor e incomodidad en su cuerpo. Les avisó a sus padres que no iría a casa el fin de semana así que estaba aún en su habitación de la casa que compartía con Alice, quien se fue a casa de sus familiares.

El dolor empezaba a ser mucho, sofocante pero su alfa sólo se alteró cuando olió el olor de Louis, queriendo poseerlo, tenerlo ahí y que sus cachorros estuvieran en el vientre de Louis, quería tomarlo de todas las formas posibles.

Agarró la sábana que estaba llena de los fluidos de Louis y gruñó. La tomó entre sus dientes, imaginando a un lindo cuerpo lleno de curvas, unos ojos azules, una voz seductora, sus manos cuidadoras, su cabello lacio. Estaba totalmente loco por el omega, su lobo y él los anhelaban.

Pasó así las 24 horas que duraba su celo marcando la sábana con su esencia y regañándose porque opacó el olor de Louis.

El domingo fue a casa de sus padres, siempre estando al pendiente de su novio.

Louis se la pasó el sábado aburrido así que decidió salir a caminar, pidiendo a Alexis que lo acompañara. Salieron a un parque a platicar de todo y nada, a pasar tiempo de mejores amigos. Alexis le explicó unos temas de matemáticas a Louis que no terminaba de entender, y luego de hacerlo terminó sus problemas de la misma asignatura, para quedarse libre de pendientes por ese fin de semana.

Pasaron a un café a comer ya que Louis tenía hambre, ahora con el embarazo tenía ganas de comer todo el tiempo. La lluvia los detuvo en el local por varios minutos, en noviembre las lluvias se hacían más presentes y duraderas así que ahí estaban.

Sentía mucha ansiedad de saber que Harry estaba en celo y él no estaba ahí para ayudarlo, quería correr a sus brazos y cuidar de él como Harry lo había protegido de muchas cosas, quería encerrarse y que el alfa lo usara tanto como quisiera y fuera su necesidad.

Amaba cuando en la cama el alfa tomaba el control, en una situación común a él le gustaba tenerlo, pero de eso nadie se tenía que enterar.

Las hormonas que se presentaban en su cuerpo, habían encendido la lujuria en su máximo esplendor, quería un nudo todo el tiempo y sólo podía pensar en que Harry le daría el suyo. Se encontraba pensando en ello, a veces entre clases, teniendo que ir al baño y limpiar el lubricante que amenazaba con salir, le daba mucha vergüenza pero sólo no lo podía evitar.

En la escuela se empezaban a escuchar los rumores de un omega embarazado, en los pasillos todos contaban de la pareja que fue junta esa noche de la fiesta y ahora esperaban un cachorro. A ellos poco les importaba, las personas que querían que se enteraran lo sabían y los otros sólo eran otros que hablaban.

Llegó a su casa y Alexis estaba insistiendo en subir a su habitación, todo el tiempo se la pasaban ahí. Pero Louis no lo dejaba entrar, su habitación ahora olía a Harry y a él, la combinación perfecta; no quería que el olor de alguien externo se impregnara en su lugar seguro, no podía pensar en eso.

— Vamos, por favor me duele la espalda, quiero acostarme— seguía insistiendo.

— Acuéstate en el sillón o en el piso pero a mi fuerte no entramos— sentenció tomando asiento en una de las plazas en la sala tomando el comando de la televisión y poniendo algún programa que encontrará.

— Alcánzame— dijo Alexis corriendo escaleras arriba, directo a la habitación de Louis.

Las indicaciones del doctor fueron no correr o hacer movimientos bruscos por lo que tuvo que contenerse y subir con paso firme a su recámara, con toda la molestia del mundo. Cuando entró se encontró con Alexis en el medio, parado viendo directo a su nido, con las aletas de la nariz dilatadas, olfateando el lugar.

Just me & you... and the babyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora