En un café en marinjois se encontraban los shichibukais en un castigo de parte de Sengoku por destruir la sala de reuniones por novena vez, a todos les tocó algo distinto pero a Doflamingo, Crocodile y Mihawk les tocó atender el café de la marina.
Mihawk: ¿A quien le va a tocar vestirse de maid?.
Crocodile: yo creo que sería conveniente que sea el idiota que nos metió en este ridículo asunto.
Mihawk: me parece justo.
Ambos voltearon a ver a Doflamingo que se encontraba sentando sin opinar nada solo mirando a los dos hombres discutir sobre el ridículo traje que tenía que usar.
Doflamingo: yo creo que es mejor que lo usé a quien le queda el traje, fufufu
Mihawk: el traje es muy grande del pecho para mí, así que no lo usaré y tampoco me humillare por el bien de este idiota.
Doflamingo: pues a mí me quedara muy corto aunque no me molestaría usarlo, contal de que wani-chan, me diga que soy hermoso.
Crocodile: sigue soñando, tu siempre te miras asqueroso con ese abrigo y más con un traje de servidumbre.
Tanto como mihawk y doflamingo se prepararon a vaciarle una jarra de agua al rey del desierto, cuando esté quedó completamente empapado, no tuvo más remedio que cambiarse al traje de maid que le quedaba perfecto, mientras que Doflamingo y Mihawk se vistieron de mayordomos.
Doflamingo le dió una nalgada a Crocodile mientras esté servía una mesa donde los marines tenían que concentrarse en no reírse para no terminar completamente desigratados.
-Fru fu fu, no sabes lo bien que te queda ese traje, es más estoy pensando contratarte como la sirvienta probada de mi castillo.- dijo Doflamingo
-sigue diciendo idioteces y yo me encargaré de que no vuelvas a hablar en tu estúpida vida, flamento idiota.-
-asi le hablas a tu amo, wani, wani, wani, no puedes hablarme así te puedo castigar por tal comportamiento.
Mientras esto pasa en las mesas Mihawk se encuentra preparando más cafés, cuando se da cuenta que algo va mal con la falda de Crocodile ya que está se empieza a mover de una forma extraña y antes de que el pueda advertirle está termina con la falda arriba, lo único que se escucha es la estruendosa risa de Doflamingo por todo el lugar, dónde no queda atras la risa de los marines.
Cuando por fin Crocodile pudo bajar la falda empezó a golpear a Doflamingo con su garfio, mientras esté todavía se burla de él diciendo que hizo una muy buena elección de ropa interior, que combina muy bien con su traje, todo esto mientras los marines salen corriendo las ver las ráfagas de arena que se empiezan a formar al rededor del shichibukai.
En ese instante entra Sengoku mirando a un Crocodile vestido de maid arriba de un Doflamingo golpeándolo,
Pero que paso- grista Sengoku.