Takara ha vivido de forma complicada desde que nació, y las circunstancias la llevaron a tomaron a tomar medidas drásticas.
El único problema será si ella quiere hacerlo.
Si decide luchar o huir será completamente su decisión.
Hitoshi Shinso X OC
Ni...
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Casi a finales de noviembre...
Temprano en la mañana, Takara ya se encontraba despierta. En el pequeño escritorio de su habitación habían varias hojas, y en su mano, un lápiz. Pensaba en lo que su doctora le había dicho no mucho tiempo atrás, justo después del rescate de Eri.
"Es difícil para mí decirte esto. Sabes que siempre hice todo lo posible para no poder tener que decir esto, y normalmente te lo diríamos con tus padres presentes, pero... en tu condición actual, no te queda mucho tiempo. No has tenido tantos problemas como antes, pero sigues sin estar curada. Me temo que... esta enfermedad te está... — no terminó la frase. En cambio, se tapó la boca y dio un gran respiro antes de continuar. A Takara no le hacía falta adivinar lo que iba a decir. — En cualquier caso... por si acaso, deberías poner tus asuntos en orden lo más pronto que puedas".
Había estado pensando en eso durante hacía mucho tiempo, y finalmente se decidió a seguir su consejo. Si esa enfermedad iba a matarla, por lo menos haría eso.
Pero...
—...Tengo 16 años. ¿Qué asuntos tengo para poner en orden?
¿Debería escribir una sola carta de despedida para todos los que conocía? ¿O una para cada uno de sus amigos? Decidió dejar eso para después y empezar con las más obvias.
Una carta para su mamá, una para su hermano, una para su papá, una para su abuelo...
¿Qué más? Pensándolo bien, quizás sea mejor hacer cartas por separado para sus compañeros.
Y por último... una para Shinso. Le costó mucho escribirla; le costó si quiera acercar el lápiz al papel, pero lo logró. Después de varios intentos, se sintió satisfecha con lo que escribió.
— Oye, Mancha. — le habló al pequeño camaleón que la acompañaba. Aunque en realidad no podía hablar con él ni estaba segura de si la entendía. — Hazme un favor. Es probable que no me quede mucho tiempo de vida, así que... cuando muera, por favor dales éstas cartas a todos. Asegúrate que sea en un momento donde les digan que ya no voy a despertar. Sería raro que leyeran estas cartas y luego termine sobreviviendo o algo así.
Cuando llegó a esa carta, que era la única que le faltaba, de repente pareció ser consciente de la situación. Estar escribiendo cartas para todos sus seres queridos antes de morir... era realmente triste.
Al pensar en eso, no pudo evitar comenzar a llorar. Trataba de mantener las cartas intactas, pero sus lágrimas no paraban. Aún cuando trataba de secarlas... aún así, seguían saliendo.
—...Lo siento. — se disculpó con el animal que se acercaba a intentar reconfortarla. — Es que... después de todo, no quiero morir. Antes estaba desesperada porque sucediera, pero ahora... quiero seguir con vida un poco más. El festival cultural fue divertido. Quiero seguir divirtiéndome con todo el mundo y quiero llegar a graduarme con ellos. ¿Es eso mucho pedir?
