Elena iba caminando por un largo callejón oscuro que parecía no tener fin. No podía ver más allá de un par de palmos de distancia pero sus sentidos parecían haberse amplificado. Podía notar con todo detalle como alguien la seguía, siempre a sus espaldas, sin dejarse ver, pero ella sabía quién era. Aceleró el paso y él la imitó.
Empezó a sentir el desagradable peso del miedo envolviéndola por todas partes y se esforzó a sí misma en convencerse de que todo iría bien. Matt no sabía dónde estaba, no podía estar siguiéndola y ni siquiera conocía una calle como aquella. No podía ser real.
La chica casi lo había conseguido cuando unas manos salieron de la nada y la sujetaron. Elena gritó y empezó a resistirse, tratando de librarse del firme agarre de esas manos. Escuchó su nombre y un par de ojos azules brillaron en la oscuridad, clavados fijamente en ella. Tardó unos segundos en darse cuenta de que esos no eran los ojos de Matt, si no los de Damon, y de que no estaba dormida, si no despierta porque el chico, arrodillado en el lateral de la cama, la sujetaba por los brazos y la zarandeaba mientras la llamaba.
¿Damon? – preguntó entre confundida y adormilada.
Por fin. – suspiró Damon, evidentemente aliviado. – Gritabas en sueños. – le explicó.
Perdona, no quería despertarte. – se disculpó Elena, y al bajar la mirada atisbó parte del pecho y los hombros desnudos de Damon.
No importa. – dijo el chico y se frotó los ojos, bostezando.
Se había ido bastante pronto a la cama, prácticamente en cuanto terminó de cenar, y se había dormido casi enseguida. Hasta que escuchó los gritos de Elena y prácticamente saltó de la cama para ver qué pasaba. Ni siquiera se había acordado de que, como siempre, dormía solo con unos bóxers y así era como había ido derecho a su habitación. Se avergonzó en cuanto se dio cuenta y se levantó sin decir nada.
Sorprendida por la brusquedad de sus movimientos, Elena no pudo evitar mirarle y se deleitó con la figura de Damon mientras el chico iba a su habitación. Desde su amplia espalda que se iba estrechando al bajar hasta sus estrechas caderas, pasando por los bóxers negros que se ajustaban como una segunda piel a su trasero. Damon cerró la puerta tras él y ahí terminó el escrutinio de Elena.
La chica se cubrió la cara con las manos, sin poder creerse lo que acababa de hacer. Por suerte Damon estaba de espaldas y no lo había notado, porque estaba segura de que no le hubiera gustado. Ya era bastante malo haber tenido una pesadilla por culpa de Matt, no necesitaba que Damon se molestase con ella. Definitivamente había cometido un error al abrir algunas de las cartas de Matt antes de echarlas a la basura.
¿Elena? – la llamó Damon tímidamente.
La chica apartó las manos y le vio apoyado contra el marco de la puerta, apenas un paso dentro de la habitación. Se había puestos los primeros vaqueros y camiseta que pilló, por eso no había tardado en volver.
¿Quieres...? No sé. – dudó, resistiéndose a ofrecerle hablar porque no quería reciprocidad. - ¿Qué me quede un rato, o algo? – le ofreció finalmente.
No, vuelve a la cama, Damon.
¿Seguro? – insistió el chico, que estaba aún un poco preocupado.
Seguro. – respondió Elena, evitando mirarle a los ojos.
Damon no estaba muy convencido y echó un vistazo a su propia habitación, buscando algún punto ciego para poder quitarse la ropa cuando se metiera a la cama. No podía obligar a Elena a aceptar su presencia, así que hizo lo único que podía hacer. Se fue, pero dejó las puertas de ambas habitaciones abiertas, para que Elena supiera que estaba allí por si le necesitaba. Apenas había apagado la luz de su mesilla cuando Elena se levantó y cerró su puerta, aprovechando para coger el portátil. Sabía que tardaría bastante en volver a dormir y no quería molestar a Damon, pero la luz que se colaba por debajo de la puerta era todo lo que el chico necesitaba saber.
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Mientras escribo
RomanceAutor: Folk23 Rating: +18 Pairings: Delena. Sinopsis: Para Elena, la perspectiva de pasar el verano junto a la playa y cambiar de aires, le ofrece la oportunidad de salir de una vida que le ahoga. Para Damon, la perspectiva de pasar el verano junto...