Capítulo 2: Empieza la convivencia

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Damon y Elena iban en el coche en silencio. Ella no sabía que decirle y Damon no tenía ganas de conversación, por eso había encendido la radio para disimular que estaba nervioso. Ya habían llegado a zona de playa y estaban cerca de la casa de Stefan cuando el chico extendió la mano para cambiar la emisora.

• No, déjala. – le pidió Elena, llevando la mano también al dial. – Me gusta esta canción

El chico retiró la suya antes de que ella le rozase y asintió con la cabeza, dejándolo estar. Elena le observó de reojo mientras la canción resonaba en el coche. El estribillo le recordó a Damon con tanta fuerza que apartó la vista. Con mucho cuidado, volvió a espiarle y se reafirmó en su impresión, el estribillo que estaba repitiéndose le iba como anillo al dedo a Damon.

Don't get too close. It's dark inside.

It's where my demons hide. It's where my demons hide.

Elena recordó lo que Stefan le había pedido y dejó de psicoanalizar a Damon. Se relajó y se puso a tararear la canción. Damon sonrió levemente al escucharla y aparcó el coche fuera para que la chica pudiera ver la casa.

• Aquí es. – dijo. – Stefan me dijo que es la primera vez que vienes, ¿no?

• Sí. – asintió la chica un poco tímida. – Me ha invitado varias veces pero no había podido escaparme. ¿Y tú?

• Unas cuantas. Ven, te lo enseñaré todo. – se ofreció, saliendo del coche.

Elena se demoró un poco para coger la mochila que había dejado en el asiento trasero. Para cuando salió Damon estaba cerrando el maletero, habiendo sacado ya la maleta. La chica fue a tomarla pero él se adelantó.

• Primero la habitación para que puedas dejar las cosas y después todo lo demás. – indicó, ya andando hacia la puerta.

• Gracias. – le sonrió Elena, corriendo un poco para ponerse a su altura porque Damon daba pasos rápidos y largos, como si no quisiera pararse a pensar y no arrepentirse.

El chico abrió la puerta y dejó las llaves en un pequeño cuenco que había sobre la mesita de la entrada. Había otro juego de llaves allí y le dijo a Elena que podía coger cualquiera de los dos cuando lo necesitase. Atravesaron el salón y subieron a la planta de arriba, donde estaban las habitaciones y un pequeño estudio.

• Esta es la tuya. – Damon abrió una puerta que estaba cerrada y que daba a una habitación con vistas al mar. Elena entró cogiéndole la maleta y él se quedó en la puerta. – Está ya preparada, ya sabes que Stefan siempre está en todo. – comentó, sin decirle que él también había ayudado.

• Seguro que está todo bien. – sonrió la chica. Dejó la maleta a los pies de la cama y la mochila sobre la colcha. Al acercarse vio un sobre con su nombre escrito con lo que parecía la letra de su primo sobre la mesilla de noche, y lo guardó rápidamente en un cajón. – Luego lo saco todo.

Damon asintió levemente y le señaló la puerta de enfrente para seguir con el tour.

• Mi habitación. – continuó. Elena asintió y salió al pasillo. – Esta es la de Stefan. – señaló ahora la puerta que estaba al final del pasillo. – Y en el otro extremo está el estudio. Ah, esta puerta de la derecha es el baño. – indicó la puerta que estaba justo antes de la habitación de Elena. – Es todo tuyo.

• ¿Y tú? – se extrañó la chica.

• Me quedo con el que hay en la habitación de Stefan, será más fácil así. – explicó y se fue hacia las escaleras.

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