Capítulo 13: Pasando tiempo juntos

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 Tras la comida, Damon y Elena se sentaron en el sofá sin ganas de hacer nada. Estaban llenos, satisfechos y completamente relajados.

No me extraña que sea tu comida favorita. Estaba buenísimo. – le dijo Elena a Damon.

Mi madre solía hacérmelo de niño, me volvía loco. Me enseñó la receta por mi cumpleaños. – le contó. – Y bueno, el flan tampoco estaba malo. – habían decidido completar la comida con lo que les quedaba del flan, que hasta ahora Damon había rehusado porque se sentía un poco culpable de haberles pagado la amabilidad de los padres de Elena huyendo. – Díselo a tu madre de mi parte.

Lo haré. – le aseguró la chica, aunque estaba demasiado llena como para moverse a por el móvil. – Seguro que le gustará oírlo.

Damon asintió, recostándose contra el sofá.

¿Hay novedades? – preguntó, refiriéndose al último capítulo que habían subido.

No lo mirado y mi portátil está arriba. – negó Elena, recostándose también para dejar claro que no iba a moverse.

El mío también. – miró hacia arriba, pero estaba demasiado perezoso como para subir a por él. - ¿No se puede mirar con el móvil?

Claro, métete en la página y ya.

Damon sacó el móvil del bolsillo de sus vaqueros y buscó en internet hasta entrar en la página. Sonrió al ver comentarios nuevos y se puso a leerlos. Al principio habían obtenido bastante aceptación aunque también mucho escepticismo porque hubieran cambiado a la protagonista y reescrito los dos primeros capítulos. Pero poco a poco los comentarios negativos habían ido desapareciendo o habían sido sustituidos por algunos que reconocían haberse equivocado y que estaban impacientes por saber más porque la historia era muy buena.

Hay una teoría nueva sobre porque Charlie no es fan del FBI, mira. – le ofreció el móvil.

¿Y acierta? – lo aceptó Elena.

Ni por asomo. – rió Damon.

Elena también rió al leerlo y le devolvió el móvil a Damon. El chico se puso a jugar y Elena se distrajo con la televisión. Se aburría y empezaba a quedarse dormida, así que se obligó a hacer algo y se puso en pie.

Me voy a la playa. – informó a Damon, que la miró enarcando una ceja.

Espera, te acompaño. - respondió él, ya que no le apetecía quedarse solo en casa.

***

Damon llevaba apenas un par de minutos tumbado en la toalla después de haber estado en el agua, cuando una pelota de voleyball le golpeó en la cabeza.

Auch. – protestó, frotándose la cabeza y cogiendo la pelota, listo para regañar a los niños que la hubiesen tirado.

Para su sorpresa descubrió que en vez de uno o dos niños, se acercaban un par de mujeres embutidas en pequeños bikinis que tapaban lo justo. Venían riéndose, tapándose la boca con la mano y observándole directamente, lo que le hizo sentirse incómodo al instante.

Perdona, estábamos practicando y se nos ha escapado. – se disculpó una de ellas, la morena del bikini blanco y un impresionante bronceado.

Mientras escriboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora