38. Método escapista

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I'm like a bird – Nelly Furtado


Danka

Durante este mes, recibimos una propuesta con la discográfica que es responsable de los Dark Wolves. No mentiré. Ha sido intenso. Tratar de aprobar todas mis materias, mientras estoy grabando un disco junto a la banda, es una de las cosas más difíciles que he hecho, pero trato de dar todo de mi parte para que nadie tenga que reprochar mi desempeño en alguna de estas áreas.

Aun así, eso no ha sido lo más difícil. Lidiar con las contusiones y marcas que mi padre me deja cuando atravieso el límite imaginario de su paciencia, y luego tener que evadir las miradas de Adam, que trata de ser paciente conmigo, ha sido lo peor. Cuando me vi un día diciéndole que no tenía que preocuparse, porque esa vez había sido solo una bofetada, tuve que contenerme las ganas de llorar de odio a mí misma. No me gusta, por así decirlo, traerle recuerdos de su Vietnam... Pero lo que más me afecta es que no sé a qué parte de mí hacerle caso: a la que me dice que Adam tiene razón y debo denunciar. O a la que sabe toda la historia y tiene claro que, si muevo un dedo en contra de mi padre, desataré un arma de destrucción masiva.

¿Qué puedo hacer? Trato de pasar cada día con la esperanza de que llegue pronto el momento en el que pueda poner distancia con mi familia y eso nos ayude a salir de este círculo tóxico. Me esfuerzo por complacer a mi padre y llevarle buenas notas, trato de llegar a la hora a casa y ayudar a ima con lo que me pida. Intento darle tiempo de calidad a mi casa, a ver si de ese modo él está más contento. A veces creo que lo logro, pero soy yo, es decir, un completo desastre. Y no puedo evitar joderle las pelotas con mi personalidad.

No le he dicho a nadie, pero luego del último concierto en el conservatorio, me contacté con la madre de Lilly, y ahora le estoy dando clases de piano en su casa, lo cual me ha dado otra fuente de ingresos que va directo a mi pozo de la independencia. Ha sido difícil congeniar todo, Charlotte volvió a mencionar la ONG y me comprometí a ir con ella cuando tuviera la mayoría de compromisos resueltos. Cada vez que me encuentro con Lilly, siento que me recorre una gran oleada de vida; ha sido gratificante descubrir lo bien que se me da enseñar. Me siento un aporte y no una carga o un desperdicio de tiempo, como diría mi padre.

Me ha costado trabajo. A veces siento que tengo más dudas que certezas, teniendo tantos flancos que atender, pero creo que nunca me había sentido tan completa. Puede que me esté llenando de cosas como método escapista de la realidad. Pero, en serio, estoy intentando hacerlo lo mejor que puedo.

Con paciencia, espero. A veces que todo mejore. Y otras, que las cosas se vayan a la mierda. De cualquier modo, no me arrepentiría de nada.

Latch (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora