Capítulo Extra - En la palma de su mano

494 24 97
                                    

Sweater Weather - The Neighbourhood


Danka

—Responde la pregunta, Adam.

Lo miro fijamente, consciente de que no estamos solos, sin embargo, todo lo que hace es... Reírse. Sí, Adam Seitz se ríe tan desatadamente, que tiene que afirmarse el estómago.

—Es muy simple, solo tienes que decir si te has pedorreado en algún concierto —insisto, con mi cara de póquer firme. Ah, bendita marihuana—. Estoy hablando en serio. Aunque haya sido accidente. Pegarle al bombo requiere algo de fuerza de tu esfínter, nadie te va a juzgar, ¿verdad?

Él se echa para adelante, sosteniéndose de uno de mis hombros, sin parar de reír. Yo miro a todos nuestros amigos, que parecen no entender si deben disfrutar este momento o alistarse a correr por un inminente terremoto seguido de las risas del baterista de los Dark Wolves.

—Esto es bastante decepcionante de tu parte, Ad —digo, con tono serio—. El juego se llama Verdad o Reto y tú escogiste verdad, no hay por qué reírse como Bob Esponja. —La habitación da vueltas por breves segundos. Busco la mirada de Kaoru, que está festinando a costa nuestra—. Espera, ¿qué estaba diciendo?

—Que le vas a hacer otra pregunta a esa pobre Iguana, antes de que se pedorree ahora mismo, pero de la risa —responde mi mejor amiga.

En ese momento, Adam, que había conseguido levantar la cabeza, me mira a los ojos y ambos estallamos en carcajadas estridentes. Había sido una buena idea venir a la fiesta colocados, sí, señor.

Estamos sentados en uno de los sillones del vip de nuestro bar habitual, con las piernas enredadas, mientras todos los demás tienen una ruma de latas y botellas de las que no hemos bebido, ya que la dosis de rockstar la habíamos fumado después de que yo hubiera salido de unos exámenes finales del instituto.

—Bien, entonces otra pregunta —digo, una vez pude calmarme—- ¿Crees que...?

—Sí —responde Adam, inmediatamente.

—Tienes razón —concuerdo y lo vuelvo a intentar—. ¿Puedes...?

—Sí.

—¿Alguna vez has...?

—No.

—Te lo concedo, esa pregunta era muy aburrida.

—¡Pero si no han dicho nada! —protesta Kaoru, divertida—. ¿Qué mierda les pasa, iguanitas?

—Que no son iguanas —rebate Daniel—. ¡Son monos! Se trepan todo el día, es adorable.

Hago caso omiso de sus comentarios y le doy otra oportunidad a mi cerebro fuera de servicio, apostando porque Adam se dé cuenta de que solo quiero joder a los demás. Le alzo una ceja antes de hablar y él me devuelve la mirada con malicia, tratando de mantener la compostura.

—Aquí va una pregunta real, Seitz.

—Vale —contesta Adam, incapaz de decir mucho más sin reír.

—Si existiera la posibilidad de que las baterías no tuvieran tornillos y pudieran seguir funcionando... —inicio y el pobre Adam no puede evitar volver a reír, porque sabe a lo que me refiero—. ¿Tú usarías...? Es decir, los toms con acolchado y todo eso, ¿qué te parecería...?

Él se remite a asentir de forma frenética, al mismo tiempo que innumerables "jijiji" salen de su boca, a pesar de sus esfuerzos por controlarlos. Ay, es que a mí me encanta este tipo que se ríe como subnormal cuando está drogado.

Latch (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora