42. Los Seitz

343 54 185
                                    

Feel Good Inc. – Gorillaz


Danka

Estamos a principios de julio y ya casi es verano. Adam está abajo, viendo quién tocó el timbre, mientras yo me encuentro en el segundo piso, acostada con Wanda. Hoy fue un día realmente agotador en el estudio de grabación, ya que fue mi turno de encerrarme en la cabina para registrar el piano. Algunas canciones necesitaron más tomas que otras, pero en general el trabajo fluyó sin problemas. Sin embargo, eso no quita que el cansancio mental, después de tantas horas sin descanso, sea real.

De hecho, es por eso que no me percato de que al baterista de los Dark Wolves le toma demasiado tiempo volver a subir. Trato de agudizar mi oído, un tanto preocupada de que se encuentre bien. Casi me voy de hocico contra el piso cuando me percato de que, aparte de Adam, hay otras dos voces masculinas y que casi vociferan en la cocina. Hablan un idioma que no conozco, por lo que se me hace un nudo en el estómago... ¿Visitas de Polonia?

Me debato entre esconderme, tirarme por la ventana o descaradamente ir al encuentro de estas personas y averiguar qué pasa. Ni siquiera es necesario que me acerque a la escalera, la voz de Adam y cómo discute es lo suficientemente fuerte como para saber que, quién sea que haya llegado, no era esperado.

—¡Mira, B! —exclama uno de los extraños, en un inglés con un acento muy parecido al de Seitz—. ¿Desde cuándo a nuestro hermanito del medio favorito le gusta el skate? —Escucho que Adam responde algo en polaco—. Sí, hablo en inglés para que el amigo que consiguió conquistarte salga, ya que tú no lo quieres presentar. ¡Te juro que no mordemos! ¡Además, me encanta cómo seteaste tu skate, bro! ¡Eso hace que ya me caigas bien!

—¡Pero qué excelente idea, pequeño K! —exclama la otra voz, que tiene un acento un poco más tosco, como si fuera el que menos usa el inglés de los tres—. Somos los hermanos de Adam y solo queremos conocer al chico que hace que este imbécil no nos conteste el teléfono, nada más.

¿El chico? Bueno, parece que se van a caer de culo.

Una parte de mí se ríe de solo imaginar la cara que pondrán si me ven, y la otra se siente un poco ¿decepcionada? de que no les haya contado nada sobre mí. De todas formas, antes de que mi mente siga indagando en cualquiera de las dos opciones, decido ponerme de pie, acomodarme un poco el pelo y bajar al encuentro de los Seitz. Mejor no pensarlo demasiado. No obstante, antes de que pueda hacer definitiva mi determinación, siento que mi celular vibra en mi bolsillo. Lo reviso y me encuentro con un mensaje de Adam:

A. Seitz:

Si vienes al primer piso, es bajo tu propia responsabilidad.

Danka:

No creo que sea tan malo.

A. Seitz:

Son mis hermanos.

Danka:

Sí, ya los oí. Y creen que soy chico.

Puede que sea divertido ver sus caras jiji

A. Seitz:

...

No sabes la mierda que dices.

No digas que no te lo advertí, enana.


Desciendo lentamente las escaleras, en compañía de Wanda y veo el perfil de dos chicos, inclinados sobre Adam, gesticulando y hablando más rápido que un tren bala. Ninguno parece notar mi presencia y tomo ventaja de ello para examinarlos un poco. Con fines investigativos, lo juro.

Latch (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora