Venezuela - Miranda.
San Antonio.
Septiembre/2023.Subo a mi cuarto y me percato de que está todo como siempre, con algunas remodelaciones pero está igual, cierro la puerta con mi cuerpo y tomo asiento en la cama y comienzo a llorar.
¿Cómo no sentirme culpable?
Recuerdo perfectamente a mi papá sentarse donde estoy yo para hablar conmigo, a mi mamá despertarme con amor muchas veces y ahora no están, tal vez no debí irme, me arrepiento tanto de dejarlos aquí, tal vez si hubiera estudiado lo que ellos querían y me hubiera quedado aquí nada de esto hubiera pasado y seguirían vivos.
Pero no tendría Antonio, ni a Massimo y a mi princesa. Respiro hondo porque no se que pensar ya.
La puerta se abre y me quedo viendo a las dos personas que entran, me levanto de inmediato y solo quiero irme, no quiero una humillación de nuevo, no quiero más maltratos ¿Es tan difícil entenderlo? Solo quiero amor y que me cuiden como no lo han hecho en mis 25 años.
- Hola hija. - No hago nada y quiero límpiame las lagrimas pero no puedo.
- ¿Qué quieres?
- Esa no es forma de hablarle a tu madre. - Me regaña su esposo y yo solo quiero que se vayan.
- La verdad no me interesa solo quiero estar sola así que por...
- Deja de ser una maleducada. - Me corta mi madre y aprieto los labios. - ¿Es cierto?
- ¿Que?
- Que te maltrata, - Se trata de acercar pero por instinto me alejo. - Tanto que querías dejar ser como yo pero noto que estás hasta peor.
- No me compares contigo, no nos parecemos en nada. - Le digo y veo como el hombre a su lado se ríe.
- ¿Solo por qué le pariste a un hombre con riqueza te crees mejor? Quién sabe a cuántas tiene porque es obvio que tú no le sirves, nunca has servido para nada, estoy cansado de decírselo a tu madre.
- ¿Qué no sirvo? - Pregunto con ironía. - ¿Tengo que acordarles que les vivo mandando dinero?
- Porque nos debes. - Se acerca el hombre y me vuelvo alejar. - La comida, la ropa, los útiles y todo el tiempo que nos hiciste perder..
- Pero si tenían que dármelo. - veo a mi progenitora. - Era tu deber como mi madre. - Bufa.
- Nunca te lo ganaste, solo nos diste dolor de cabeza y cuando te estábamos enderezando solo fuiste corriendo a donde mi madre hablando mierda de nosotros. - se acerca y me toma por el brazo. - Malagradecida. - Niego y como odio esa palabra.
- No lo soy. - Forcejeo pero no me suelta. - Suéltame. - Mando y ambos se burlan en mi cara.
- Que asco que hayas venido para acá con esos moretones en la cara ¿No te da vergüenza? - Trago doble y si me da, claro que me da. - Das asco hija.
- Mamá..- ¿Cómo se atreve a decirme eso? Yo jamás diría eso de mi nena.
- No me digas así. - Me corta con rabia. - Tenía que haberte abortado cuando pude, ahora tengo que ver lo asquerosa que siempre has sido.
- No doy asco. - Protesto en vano ya que ni yo misma me lo creo.
- Claro que lo das. - Me dice el hombre y niego. - Solo has sido una zorra que se deja coger. - Los recuerdos me toman y como me metió su semen en la boca, me asqueo y trato de soltarme pero refuerza el agarre. - Para ser alguien en la vida te dejas hacer lo que sea ¿No?
- Por lo menos tengo algo, no puedo decir lo mismo de ustedes. - Musito en voz bajo.
- ¿Pero a qué costo? - Me pregunta mi madre y aunque ella no lo sepa esa pregunta me marca como un hierro. - Si hasta te maltrata..
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Fingiendo Estabilidad. [Libro 2 > Saga Bernocchi]
AdventureCuatro años han pasado desde que el se fue, cuatros años mintiendo, cuatros años desde que mi bebé nació, cuatro años desde que Massimo cambió, cuatro años en la que la familia Smirnov se ha vuelto más sádica y violenta, cuatro años jugando al ratón...