capitulo 40

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Roma.
Enero, 2024.

Me quedo en silencio viendo el humo que se ve a lo lejos, me levanto y se quién lo hizo.

Ha pasado un semana completa y no he sabido mucho de ambos, Massimo solo me ha llamado dos veces y fue muy rápido.

Me he sentido como la mierda pero me solo me ha importado cuidar de mi hija, todavía sigo sin asimilar el que piense divorciarse, me quiere dejar, o sea, el a mí.

¡El me va a dejar a mi!

No solo me duele si no que lastima mi ego, el sonido de la puerta me distrae y me volteo haciendo que esconda mis dedos.

- ¿Sigues despierta? - Asiento y a diferencia de su padre se acerca a mi.

- ¿Estás bien? - Lo abrazo con el otro brazo y el me toma el otro para que lo abrace bien.

- Ya lo sé todo. - Me ve y sonrío haciendo que entrecierre los ojos. - Estoy bien, ¿Tu cómo estas?

- Encerrada para variar. - Se ríe y ve lo que yo estaba viendo. - Puedes decirme.

- Lo primero es que ya no amo a Lebron - Sonrío.- y lo segundo es que el padre de mi padre escapó, de nuevo. - Veo Antonio que se sienta donde estaba viendo algo en sus dedos. - Tal vez si hubieras estado lo hubiéramos logrado. - Me ve y la incomodidad me toma pero no hago nada.

- Vete a descansar que mañana salimos temprano. - nos abrazamos de nuevo y se va en silencio. - Tu igual.

- ¿Voy a ir con ustedes? - Asiente en silencio y no me mira. - ¿Estás bien?

- Frustrado. - levanta la vista. - No quise tratarte así Isabella, enserio lo lamento por no saber comportarme. - Me acerco y mi rodillas tocan el suelo, tomo sus manos y ve hacia la unión.

- ¿Me sigues amando?

- Jamás lo dejaré de hacer. - se acerca y me toma de las mejillas. - ¿Me perdonas? - Asiento.

- Me lastimaste. - Susurro.- No he dejado de pensar lo que dijiste.

- Olvídalo. - Me levanta la cara son uno de sus dedos. - ¿Enserio crees eso?

- De ti espero cualquier cosa Antonio.

- Espera cinco niños no que te deje, jamás dejaría a mi Bambola. - Lo suelto y el me vuelve a tomar, me jala y no pierde tiempo para abrazarme haciendo que pose mis manos en sus brazos. - Te dije que te necesitaba conmigo.

Niego y me alejo, me siento en el suelo y volteo para no verlo más.

- Es injusto, se que has hecho mucho por mí pero yo también por ti y siento que no me merezco que me trates así. - Mi voz es pausada porque enserio no quiero pelear más con el. - Sabes toda la mierda que he pasado para que tu, siendo el único hombre con el que pasaré mis últimos días me trates así.

- Ya dije que lo sentía. - Lo vuelvo a ver.

- De nada me sirve tu lo siento, necesito que reacciones. - Me levanto. - Te amo pero estoy cansada de sentirme como la mierda - Levanta la vista. -, ya no más, no lo permito ni lo tolero.

Fingiendo Estabilidad. [Libro 2 > Saga Bernocchi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora