Londres.
Últimos de diciembre.- Esta es la nueva colección. - Me muestran los relojes y suelto el humo. - ¿Desea algo para la señora Bernocchi?
- ¿Que pasó con el reloj que mandé hacer?
- Oh claro, espere aquí. - Se va y mi celular suena.
Lo saco de mi bolsillo y me tenso cuando la aplicación de la casa en el bosque manda la señal de que está en peligro, me levanto cuando miro a los hombres disparar los vidrios, la busco por la casa y la encuentro entrando a donde definitivamente no tiene que entrar.
- ¡Longo! - entra y el hombre que me enseñaba los relojes también con un caja. - Mueve todos los hombres a donde Isabella, pero ya. - Sale con rapidez. - ¿Es ese?
- Así es mi señor..
- Comunícate con mi asistente y quiero los de cuero, también el de diamantes. - Asienten. - Mándame más a New York.
- ¿Junto con lo que pidió para la señorita? - Asiento.
- Fue un placer ver a mi cliente favorito. - Le palmeo el hombro y salgo de la oficina.
Longo me espera afuera y el que esté tranquilo me tranquiliza a mi, entro al Bugatti y manejo con rapidez hacia la maldita casa. Salgo con rapidez de la cuidad y acelero todo lo que auto me permite.
Son tres horas y como mucho llegaré en dos horas y media tal vez menos pero igual me tardaré. Cada segundo me mata y el camino se me hace eterno, llamo a que me manden un helicóptero y mando arreglar todo para su llegada.
Dos horas es lo que me tardo y no me termino de estacionar cuando bajo, hay hombres en los vidrios con el pecho destrozado a punta de balas, sangre en el hielo y es algo digno de admirar.
Entro y se dónde buscar, trato de abrir pero no cede, sigo intentando y cuando por fin entro la encuentro con el lobo en los brazos, viendo las celdas y temblando, se voltea lentamente y cuando ve quién está parado en la puerta las lágrimas bajan.
Bajo por las escaleras con rapidez mientras que ella corre hacia mi, le abro los brazos y me aprieta.
- Estoy aquí. - Susurro y asiente, el animal chilla haciendo que se aleje.
- Pobre Thor, estaba muy asustado. - Susurra también con voz temblorosa mientras lo ve, acaricia su pelaje mientras que yo su cabello.
Levanta la vista y la detallo mejor, ojos rojos, nariz roja y mejillas sonrojadas, parece un cachorro triste.
- ¿El o tu? - Una sonrisa pequeña se le aloja en lo labios.
- Ambos. - le tomo la mano libre.
- Vámonos, es hora de que estes con tu familia. - Sus ojos se chispean y la jalo para salir del lugar.
Me supongo que es la conmoción de lo que pasa y de lo que ve que la hace no preguntar por lo que veía, tampoco busca a los niños y sigo pensando que es por eso. Subimos las escaleras para subir al tejado y el helicóptero está con las puertas abiertas.
Isabella no espera mucho para subir pero si noto como ve el lugar, me siento a su lado y detalla todo con el animal en sus piernas.
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Fingiendo Estabilidad. [Libro 2 > Saga Bernocchi]
MaceraCuatro años han pasado desde que el se fue, cuatros años mintiendo, cuatros años desde que mi bebé nació, cuatro años desde que Massimo cambió, cuatro años en la que la familia Smirnov se ha vuelto más sádica y violenta, cuatro años jugando al ratón...