Abro los ojos y estoy en una cama que no conozco pero con una Ana muy dormida.
Me toco donde fue el golpe e increíblemente no me duele. Me levanto con cuidado de no despertarla y cuando salgo noto que estoy en una cabaña.
Hay dos cuartos a cada lado pero sigo de largo encontrando un sala pequeña y una cocina igual pero lo que me quedo viendo es al hombre que esta afuera fumando recostado del barandal de madera.
Miro por la ventana que tengo atrás que estamos en una montaña, respiro hondo y camino hacía el pero me detengo con rapidez.
¿Quiero hablar con él?
Me devuelvo y me siento en una de las butacas viendo un papel, lo tomo y allí esta la demanda del divorcio.
Me levanto y abro la corrediza.
- ¿tienes un lápiz? - se voltea y mira lo que tengo en la mano. - no se donde haya uno así que si tienes uno..
- No y no vas a firmar eso.
- Me pediste dos veces el divorcio, dos. - trata de acercarse y le alejo el documento. - Esta vez si te lo voy a dar porque la que no quiere estar a tu lado soy yo.
- escucha, se que..
- No, no sabes una mierda, o me das un maldito bolígrafo o tomo otras medidas pero ya no aguanto esta mierda, ¡me asuste por ti y pensé que..
- Lo sé, escucha..
- ¡No! Dame lo que te estoy pidiendo o viudo es lo que vas a quedar. - nuestras miradas comienzan un duelo y me volteo dispuesta a no seguir con esto.
- Isabella, Cálmate. - me detiene y con la otra mano le suelto una cachetada que hace que me suelte.
- En tu asquerosa vida vuelvas a tocarme. - me vuelvo alejar y esta vez me arranca el documento. - Dámelo.
- Ok.- lo rompe por la mitad luego en más pedazos antes de dármelo. - Espera. - se saca un bolígrafo y me lo mete en las tetas gracias a que lo que cargo es escotado. - Firma a ver si puedes.
- ¿Crees que no te puedo poner una demanda? - se acerca y no me alejo.
- ¿Crees que no puedo matar a tu abogado y romper esa también? - aprieto la mandíbula y suelto todo antes de darle la segunda cachetada que hace que me tome del cuello. - Te quedas conmigo así sea en un cadáver, no me interesa, eres mi esposa y punto.
- Me lastimas. - Susurro. - Me vives lastimando cada día que pasa, ¿como pudiste pensar que yo era la traidora?
- ¿como pudiste pensar que yo era un puto violador? - no le baja y me suelto de su agarre, no me estaba apretando en lo absoluto.
- Espero que sepas que yo una sumisa no soy, estaré aquí pero no voy a ceder ante ti en lo más mínimo. - mis manos quedan contra el barandal de madera y miro las luces de quien sabe que cuidad.
- Como sea.
- Eres tan cínico Antonio. - Se detiene y me rio de forma irónica. - Eres quien eres hoy en día gracias a mi. - lo miro. - Si a mi no me hubieran raptado ¿te hubieras tomado el mundo?
Se queda en silencio y niego con una sonrisa.
- Eres un malagradecido. - le paso por al frente y escucho como cierra la puerta. - huele muy fuerte a perro arrepentido, ¿algo que me quieras decir?
- no te dejes agarrar por mi que te preño. - me volteo y se sienta en el butaca que estaba yo.
- ¿como.sabias que estaba haciendo?
- Tu pulsera tiene rastreador y micrófono cariño, siempre se donde estas. - la miro y ruedo los ojos.
- ¿escuchaste como te fui infiel entonces? - su cara se transforma y sonrío. - Ay cariño, necesitaba ese celular y para mí desgracia tus hombres están bien entrenados.
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Fingiendo Estabilidad. [Libro 2 > Saga Bernocchi]
AdventureCuatro años han pasado desde que el se fue, cuatros años mintiendo, cuatros años desde que mi bebé nació, cuatro años desde que Massimo cambió, cuatro años en la que la familia Smirnov se ha vuelto más sádica y violenta, cuatro años jugando al ratón...