MacTravish no había mentido en ni una sola palabra.
Habían entrenado en la mañana, y siendo por la noche ella apenas podía sentir las piernas.
El día había sido ocupado, lleno de actividades por hacer y totalmente agotador. También se había ofrecido a ayudar a Price con papeleo de misiones anteriores, lo que la habían cansado mentalmente.No veía la hora de irse a dormir, por lo que nisiquiera se molestó en encender la luz de su habitación al entrar. Caminó con los ojos cerrados y se dejó caer contra el colchón.
Con la diferencia de que no chocó contra aquella superficie blanda, sino que lo hizo contra un duro cuerpo.— ¡Mierda! — gruñó, levantándose un poco. Su mirada tardó unos segundos en enfocarse en la oscuridad, pero cuando lo hizo sus cejas se fruncieron. — ¿Cómo mierda entraste, Simon?
— La puerta estaba abierta... — murmuró, tomando a la mujer por la cintura para apretarla contra él. — Además dijiste que podía dormir contigo esta noche.
Ella asintió, acomodándose un poco mejor sobre el hombre.
— Sí. Dormir. — remarcó. — Estoy muy cansada, no tengo ganas de coger ahora.
— Está bien... — murmuró. — ¿Estás muy agotada?
— Si... Hace mucho que no entrenaba tan duro, y sumado a eso ya venía cansada por lo de anoche. — susurró, sintiendo de pronto suaves caricias en su espalda. Soltó un suave suspiro todavía recostada sobre el pecho del hombre y cerró sus ojos.
— ¿Qué te duele? — preguntó despacio.
— Las piernas... — susurró, y luego de su respuesta pudo sentir a Simon removerse debajo de ella hasta que la quitó de encima y la dejó boca arriba sobre la cama. Él se sentó, colocando sus manos en el pantalón de la muchacha, intentando desabrocharlo. — Dije que no quiero hacerlo.
— Ya sé. No voy a hacer nada raro... Déjame ayudarte con tus dolores. — susurró, quitándole los pantalones hasta su rodilla.
La mujer quedó en su ropa interior, mirando curiosa como él le desajustada sus botas y se las quitaba con cuidado. Una vez fuera le terminó de quitar sus pantalones y sus calcetines.
Con cuidado tomó una de las piernas de la muchacha y ejerció una sueve presión sobre sus gemelos, comenzado a masajearla con tranquilidad.
Ella cerró los ojos ante lo bien que se sentían los masajes. Sus manos calidas amasaron sus muslos, sus gemelos y finalizaron en sus pies, dándole atención a cada sector por igual, con sus manos calientes dándole un alivio luego de tanto dolor.
Pero el sueño le estaba ganando, por lo que abrió sus piernas para él y palmeó su pecho.
Simon entendió y se quitó su camiseta con rapidez para poder dormir cómodo, recostandose entre las piernas abiertas de la mujer con su cabeza apoyada sobre sus cómodos pechos.Simon era pesado, un hombre grande, y a ella le encanta tener todo su peso encima, aplastandola con su delicioso calor corporal.
— Gracias, Simon... Tus manos son muy buenas.
— No hay de qué... — susurró. — Pero acariciame.
— Te encanta ser mimado... — susurró convencida, comenzando a acariciar con suavidad la musculosa espalda del Teniente. — ¿Verdad, cariño?
Él hombre soltó un suspiro tembloroso y asintió adormilado ante los dedos que lo tocaban y ambos cerraron sus ojos, disfrutando del calor que el otro les entregaba.
Ella frunció sus cejas ante el suspiro. No veía normal que se sintiese tan vulnerable todo el tiempo
— ¿Quién te trató tan mal? — susurró ella y él abrió sus ojos. Guardó silencio, sabiendo muy bien la respuesta.
ESTÁS LEYENDO
Please | Ghost
FanfictionEl teniente Ghost tenía la fama de haber estado con todas las mujeres de aquella base, simplemente no podía contener aquellos impulsos y nunca había conocido a ninguna mujer que le dijese que no. Hasta que llegó ella, y descubrió lo mucho que le mo...