• 24: ¿cita?

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Un gran estruendo se escuchó en la habitación.

— ¡Hijo de puta! — gruñó Soap cuando Simon lo empujó con fuerza contra una pared.

— Necesito que me ayudes. — gruñó, mirando hacia sus costados para revisar que nadie los estuviese viendo.

— ¿Que te pasa? — preguntó preocupado, alejandolo un poco de él. — No soy gay.

— ¿Qué? — preguntó confundido.

— Pensé que me ibas a besar. — respondió y Simon funció sus cejas.

— ¿Por qué mierda haría eso? Deja de joder, solo necesito que nadie nos escuche. Es un secreto.

— Dilo ya, me estoy muriendo. — murmuró. Le gustaban los secretos, pero tenía un problema: no sabía guardarlos.

Simon gruñó. — Invité a __________ a una cita hoy y no se a donde llevarla sin verme como un maldito psicótico con esta máscara puesta.

— ¡Lo sabía! — gritó emocionado y Simon le cubrió la boca con fuerza. — ¡Sabía que ustedes dos tenían algo! — gritó con sus labios apretados contra la mano del teniente.

— ¡Callate ya! Solo responde.

— Te verás así en cualquier lado. ¿Por qué no te la quitas? — murmuró cuando su boca fue liberada.

— No es una opción. — negó al instante y él hombre se mordió sus labios pensativo.

— ________ mencionó que le gusta la comida rápida, ¿por qué no compran algo de eso y comen en tu auto? — preguntó. — ¿O por qué mierda no la llevas a tu casa?

— Debe estar hecha un basurero, la última vez salí corriendo de allí.

— Mugroso. — murmuró por lo bajo. — Hagan algo de eso, a ella le va a gustar, no es una chica complicada. Cómprale algunas flores y esas cosas.

— ¿A quién hay que comprarle flores?

Ambos se giraron ante la nueva voz y cruzaron miradas con Garrick. Soap mordió sus labios pero no aguantó mucho.

— ¡__________ y él van a tener una cita!

— ¡No puede ser! — chilló emocionado ante el comentario del bocafloja.

— ¡Te lo dije!

— ¡Yo te lo dije primero!

— ¡Hay que decirle a Price!

— ¡Callense ya o les disparo! — gritó y los dos se callaron. — Te dije que era un secreto, imbécil. Ella y yo decidimos que sería un secreto.

— No le diremos a nadie. — aseguró Garrick.

— Bueno... — murmuró Soap. — Tal vez a Price.

— No se para que les pido ayuda... — gruñó y Garrick frunció sus cejas.

— ¿Ayuda para que?

— No sabe a donde llevarla a una cita sin parecer un desquiciado con el pasamontañas. — explicó Ghost.

— ¿Por qué no hacen un picnic? — preguntó cómo si fuese algo obvio. — El día es lindo. Pueden comprar comida e ir a algún parque cerca del lago.

Simon lo tomó por los hombros y lo sacudió con fuerza. — Eres un genio, gracias.

Simon salió con rapidez de aquella habitación, rogando en sus interiores para no cruzarse con la mujer y arruinar la sorpresa.
Deseaba que siguiese durmiendo en la misma posición en la que lo había dejado.

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