Please | Ghost

• 39: embarazo.

Primer mes de embarazo:

Simon solía ser muy amoroso con ella, siempre teniendo gestos dulces que demostraban su amor.

Pero Simon emocionado con la idea de ser padre era algo totalmente distinto a lo que había vivido hasta el momento.

"¿Te imaginas que sea un varón y pueda comprarle una mascara como la mía? Oh, olvídalo, es una pésima idea..."

"Si es niña definitivamente la tendré conmigo todo el tiempo, espero que no te pongas celosa... Una princesa... Me gusta la idea. Quiero que sea niña"

"Podemos usar mí despacho como habitación para ella. De todas formas nunca lo uso".

El primer mes había reunido a la task force para darles la noticia de que serían padres, siendo felicitado por todos excepto por Price, que primero lo regañó por el mal momento que le había hecho pasar a la Sargento.

Emily estaba emocionada con la idea, pero no olvidaba lo que había hecho Simon. Seguía resentida y enojada, comportándose como un gatito ofendido cuando él estaba cerca de _________.
Las primeras veces Simon no se había liberado de algunos golpeteos por parte de la enfermera.
Había sido tan irritable para el que había cumplido con su promesa de hacer que se arrepintiera de lo que había hecho.

Al enterarse, Laswell les había confesado que presentía algo extraño, y que por eso mismo les había hecho aquella pregunta.

Pero a pesar de todo lo que había pasado, ambos estaban contentos con la idea.

En especial aquel hombre que comenzaba a entender que tener un hijo no era un peligro.

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Segundo mes:

— Mierda... — sususrró Simon al entrar a la casa de la mujer y verla llorando otra vez. — ¿Qué pasó, amor?

— Re-Recordé que estando embarazada bebí alcohol, ¿recuerdas? — le preguntó asustada. — La noche en el bar, bebí dos vasos de cerveza... Simon... ¿Soy una mala madre, verdad?

El rubio se frotó la cara y la miró angustiado antes de tomar asiento junto a ella en el Sofá.

— Amor... No, no lo eres... Solo no lo sabías, preciosa. Hablaremos con tu doctor sobre eso para que nos diga que es lo que hay que hacer. — le explicó lo más tranquilo posible.

Le habían hecho estudios de sangre, y habían llegado a la conclusión de que sería un embarazo muy hormonal para ella. Pero a Simon no le molestaba para nada ver esa faceta sensible de la mujer, no cuando ella era tan seria y reservada todo el tiempo.
Le encantaba tenerla pegada a él, siguiéndolo como un cachorrito mimoso.
Amaba recibir sus llamadas cuando estaba en el trabajo.

La amaba demasiado en todas sus facetas.

_______ se removió en el sofá y estiró sus brazos hacia él. Sin dudarlo ni un segundo Simon la abrazó y se dejó caer junto a ella en el sofá.

— Lo siento... ¿Cómo te fue a tí en terapia? — murmuró y él sonrió.

— Bien, cariño... — susurró, limpiando las lágrimas de la mujer. — No tienes por qué disculparte.

Ella suspiró, abrazándolo con cuidado mientras escondía su rostro en el cuello del hombre, dejando ligeros besos en aquella porción de piel tan sensible. Una vez terminó, comenzó a frotar su nariz de un lado a otro en su cuello, sintiendo su deliciosa colonia ingresar por su nariz.

Simon soltó un suspiro tembloroso, apresandola contra él. — Mierda... Amo que seas tan mimosa conmigo. Pareces un gatito.

Ella soltó una ligera risa. — ¿Un gatito? ¿En serio? ¿Ahora seré yo la comparada con animales?