Please | Ghost

• Especial 2: Happy family.

En donde Simon y ________ tienen una familia feliz.

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________ ingresó a su casa cansada, intentando hacer el menor ruido posible para no despertar a sus tres amores, pero su plan no salió bien cuando escuchó pequeños pasitos por el pasillo.

— ¡Mami! — chilló feliz Ava, corriendo a su mamá, que la tomó en brazos sin dudarlo. — ¡Mami, Mami!

— Hola, cariño mío, ¿qué haces despierta tan temprano? — preguntó con dulzura.

— Papi se levantó a haces Pis y-y se tropezó con un patito. — dijo divertida la pequeñita de tres años y su madre rió.

— ¿En serio? — preguntó divertida, dándole un suave beso en su mejilla. — ¿Vamos a verlo?

— No hace falta, estoy aquí... — murmuró su adormilado esposo, con el pequeño Alex siguiéndolo de cerca mientras sostenía su osito de peluche, con sus ojitos todavía cerrados por el sueño.

Ava se removió para que su mamá la bajase y así lo hizo.

— ¡Papi, arriba! — pidió emocionada, estirando sus bracitos a su papi. Simon la tomó sin esfuerzo.

_________ se acercó a su esposo y le dió un suave besito en sus labios, despeinado sus rubios cabellos.

— Buen día, amor. — susurró, agachándose hasta acariciar los rubios cabellos de su hijo. — Buen día a ti también, osito.

Alex abrió solo uno de sus ojitos, mirando a su madre. Estiró sus brazos despacito, esperando que ella lo tomara en brazos. Una vez lo alzó, se durmió al instante en su hombro.

— ¿Cómo te fue? — susurró Simon, caminando devuelta a la habitación de los pequeños, siendo seguido por su mujer.

— Bien, estoy muy cansada, pero oficialmente iniciaron mis vacaciones y podemos descansar juntos por más tiempo.

— No quiero dormir... — pidió Ava, frotando uno de sus ojitos con cansancio.

— Tienes que dormir, pequeña revoltosa. — murmuró falsamente enojado, haciendo reír a su hija. — Además, mami también tiene que dormir. Está cansada.

— ¿Si? — preguntó con sus mejillas abultadas, mirando a su mamá. — ¿Estás cansada, mami?

— Si, bebé, lo estoy. — murmuró dulcemente y su hija asintió.

— Entonces voy a dormir.

Simon la dejó con cuidado en su camita, arropandola con amor. Por su parte, la mujer dejó al pequeño en la otra cama, que nisiquiera se movió ante su pesado sueño.

Ambos salieron en silencio de la habitación, y la mujer le dio un golpe divertido en la musculosa espalda de su esposo.
Simon se giró, tomándola de la cintura mientras ingresaban a la habitación.

— Tonto...

— Lo sé, no quería despertarlos, pero Alex dejó ese maldito pato en el pasillo, y lo pisé y me estampé contra la puerta.