¿Qué pasaría si Elizabeth Swan tuviera una hermana? ¿Qué pasaría si Will Turner finalmente se enamora de Scarlett Swan?
La maldición de la Perla Negra [Completada]
El cofre del hombre muerto [Completada]
El fin del mundo [Completada]
La Venganza de...
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La gran idea de Scarlett había sido ir a ver a Cutler Beckett, más bien a amenazarlo. Elizabeth no pensaba que fuera buena idea pero sabía que cuando amenazaban a lo que más quería su hermana, ella podía ser otra persona.
— He venido a negociar. — le dice la morena al Lord acercándose a paso lento con Elizabeth detrás con precaución.
— Te escucho. — responde Cutler Beckett, paseándose por su despacho.
Scarlett levanta una pistola rápidamente apuntando a la frente del Lord, haciendo que éste se detenga.
— Te escucho con intereses. — vuelve a decir Lord Cutler.
Elizabeth eleva unos papeles en sus manos.
— Esas patentes están firmadas por el rey. — dice Scarlett sin dejar de mirar y apuntar al hombre.
— Si, y no serán válidas sin mi firma y mi sello. — asegura el Lord.
— Has enviado a Will a buscar la brújula de Jack Sparrow. — habla la mayor de las Swan. — No te servirá de nada.
— Explícate.
— He visto el tesoro con mis propios ojos en Isla de Muerta y hay algo que debes saber. — dice Elizabeth acercándose cuando su hermana baja la pistola.
— Oh, entiendo. — asiente Cutler Beckett. — Creéis que la brújula solo lleva a Isla de Muerta y tenéis la esperanza de salvarme de un horrible destino.
Elizabeth mira a su hermana pero ésta solo persigue al hombre con la mirada cuando se acerca al gran mapa en la pared.
— No persigo ese tesoro, hay más de un cofre en estos mares. — afirma el Lord acercándose a Scarlett. — Así que tal vez quieras reconsiderar tus decisiones.
La morena sonríe volviendo a elevar la pistola, esta vez apuntando al cuello del hombre. — Añade a tus cálculos que me privaste de mi noche de bodas.
Elizabeth deja los papeles sobre la mesa y Cutler Beckett los firma y pone su sello.
— Os tomáis muchas molestias para salvar a Jack Sparrow. — dice el hombre entregándole las patentes a Elizabeth.
— Esto no es por Jack. — asegura Scarlett mirando de reojo a su hermana.
— Para garantizar la libertad del señor Turner, entonces. — dice el Lord. — Añádelo a tus cálculos.
Dicho eso, Scarlett baja el arma y sale apresurada de la sala junto a su hermana.
...
Al día siguiente, tanto Scarlett como Elizabeth se apresuraron a subir a uno de los barcos que estaba por zarpar y utilizaron ropa de hombre para camuflarse.
Dejaron el vestido de Scarlett tendido en el suelo mientras que Elizabeth lanzó el suyo al mar.
— ¿Qué está pasando aquí? — pregunta el capitán del barco cuando la tripulación rodea el vestido.
