#chapter 32

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— Ahí está

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— Ahí está. — dice Carina.

— El tridente. — habla Scarlett asombrada mirando el objeto frente a ellos.

— ¡Jack! — alguien llega corriendo con una espada y se abalanza sobre ellos.

Sparrow empuja a Scarlett a un lado, esquivando el ataque. La Swan cae al suelo pero cuando se levanta, sus ojos se encuentran con el cuerpo de su hijo.

— ¿Henry? — pregunta la morena.

— ¡No es Henry! — exclama Jack levantándose del suelo. — ¡Es Salazar!

— ¿Qué? — eso es lo único que sale de su boca mientras comprendía que Salazar había poseído a su hijo.

— ¡Scarlett! — Carina señala detrás suyo y Scarlett ve como los muertos de Salazar se acercan a ellos. — ¡Ve a por el tridente!

La Swan mira indecisa a la joven, no quería dejarla sola con los muertos pero si querían recuperar a Henry, debía hacerlo.

Scarlett empieza a correr hasta escalar la colina en la que el tridente se encontraba. De cerca, la reliquia era mucho más grande de lo que parecía.

La mujer rodea con sus dos manos el cuerpo del tridente e intenta levantarlo, pero parecía estar pegado.

De repente, un montón de agua sale a presión de una de las rocas haciendo que Scarlett caiga al suelo y el tridente también.

— Mierda. — murmura la Swan adolorida levantando su mirada.

El tridente estaba a unos pasos de ella por lo que la morena se levanta y corre hacia él. Cuando lo toma entre sus manos, el rostro de Henry aparece frente a ella deteniéndola.

— Salazar. — escupe Scarlett con odio forcejeando con él para quedarse con el tridente.

Es entonces cuando Salazar empuja con fuerza a Scarlett haciendo que vuelva a caer bruscamente al suelo.

La Swan abre su boca soltando un gemido de dolor cuando su espada choca contra el suelo.

El cuerpo de Henry también cae al suelo y Salazar utiliza el tridente para atacar a Sparrow.

— ¡Henry, despierta! —  le dice Carina a un inconsciente Henry. — ¡Va a matar a Jack!

Scarlett corre hacia donde Salazar y Sparrow se encontraban para ayudar a su amigo. Pero antes de que llegue, Salazar clava la punta del tridente en el pecho de Sparrow.

— ¡Jack! — exclama Scarlett asustada.

Pero cuando Sparrow sonríe de lado, Scarlett se percata de que el pirata tenía el libro de Carina en el pecho, por lo que no estaba herido.

— Rompe el tridente y romperás todas las maldiciones. — murmura Scarlett cuando recuerda el dicho. — ¡Henry, rómpelo! ¡Rompe el tridente!

El joven, sin pensarlo, obedece a su madre y con su espada corta el tridente en dos. Inmediatamente, Salazar junto a toda su tripulación se transforman volviendo a ser humanos.

𝐩𝐢𝐫𝐚𝐭𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐫𝐢𝐛𝐞, will turner Donde viven las historias. Descúbrelo ahora