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Siento la oscuridad de la noche golpearme al salir del gran edificio extremadamente limpio. Necesito arreglar las cosas con mis padres, con papá, aunque siento que debo arreglar las cosas conmigo mismo antes de hacer alguna locura.

—Theo —siento que mi corazón se detiene por una milésima de segundo cuando por acto reflejo busco la voz a mis espaldas.

— ¡Demonios! Casi me matas del susto —un Lazer demasiado sonriente pero carente de gracia me observa detenidamente — ¿Qué haces aquí?

—Nuestra conversación no tuvo el final adecuado.

—No hay una conversación que terminar, ahora si me disculpas voy algo atrasado.

—Dije que te podía ayudar.

—No necesito tu ayuda, ni siquiera te conozco...

—Entonces podrías hacerlo, ¿no? Theo, solo necesitas aceptar mi ayuda. He estado en tu posición y se que puede llegar a ser algo abrumador si no se controla correctamente.

—Si digo que si, ¿me dejarías en paz?

—Eso lo decidirás tu, luego.

— ¿Como sabías que tenía una cita con...?

—Eso no es importante ahora —se empieza a impacientar y comienza a saltar de una manera muy extraña.

—Me estás comenzando a asustar... —advierto, retrocediendo un poco cuando comienza a reírse como un completo demente.

—No te asustes, es divertido. ¿Podemos sentarnos un momento?

—No sé si divertido sea... la palabra adecuada —menciono mientras me siento sobre el césped que nos rodea.

Lazer hace una extraña pose de indio y me mira como si estuviese en algún tipo de circo de fenómenos o algo por el estilo.

—Ríete de todo y de nada, solo ríe —sus carcajadas son cada vez más y más fuertes, un par de personas que caminan por la calle de al lado nos observan confundidos y algo nerviosos, los veo apresurar el paso, y se que yo debería de hacer lo mismo.

La mano de Lazer me aprietan tan fuerte el brazo que siento sus uñas clavarse en mi.

—Tienes que escucharme muy atentamente. Estás sufriendo y eso te hace vulnerable. No dejaré que otra buena persona caiga en las garras de la oscuridad, no de nuevo. Debes de venir conmigo.

—No iré contigo a ningún lado, y menos si lo dices de esa forma.

—No sabes quien soy, pero yo si. Te conozco desde hace mucho tiempo pero nunca pensé encontrarte por aquí, la verdad, pensé que los de tu clase evitaban la educación superior y se la pasaban derrochando sus billones en cosas exóticas y extravagantes.

» Honestamente, me parece un gran progreso que decidas hacer algo con tu vida, es un buen comienzo.

Observo a este chico con mucha atención. Su cabello largo parece que le esconde medio rostro, pero no parece importarle en lo absoluto. En realidad se ve inofensivo con un toque de locura extraña que es lo que me asusta.

De un pronto a otro, se levanta y me dice que me aleje con cuidado. Ni siquiera lo pienso, y comienzo a alejarme rápidamente, observando si me sigue, pero no lo hace. Solo me mira y se ríe cada vez más fuerte.

Camino por no se cuanto tiempo, recibí un mensaje de Josh mientras salía de la consulta, y se llevó mi auto después de su clase. Estoy algo perdido, pero no quiero llamar a nadie, quiero encontrar el camino a casa por mi mismo, no puede ser tan difícil.

Theo, Schlesinger IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora