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El primer día en Francia ha sido un completo éxito hasta el momento. Anne se ha sentido un poco desorientada por el horario, pero nada fuera de lo común. Tengo planeado llevarla al Louvre ésta tarde cuando vuelva del centro comercial con Phoe y Alex. Incluso tal vez llevarla a cenar a la Torre Eiffel, aunque sé que es muy clásico, le gustará. Algo que amo de Anne es su sencillez, la manera en la que disfruta hasta de lo más insignificante.

—Te ha golpeado demasiado fuerte... —la casa de mis tíos cuenta con una terraza ideal para momentos como estos en donde soy más solitario que cualquier cosa. Observo a Mike sonreírme mientras toma asiento junto a mí.

— ¿A qué te refieres? —le pregunto mirándolo a la cara.

—El amor, te ha golpeado fuerte. Incluso me atrevería a decir que mucho más que en veces anteriores.

—No es cierto.

—Lo es, y eso que siempre fuiste un niño muy enamoradizo, esta vez estás rebasando tu propio récord —pienso en cuando era un niño, siempre cuando hablaban de la niña linda de la clase, esa a la que todos los niños les encantaba, yo pensaba en Sophie. Incluso desde que era un bebé, solo quería pasar el tiempo con ella.

—No, no lo es... —Mike conoce mi historia con Sophie bastante bien. Gracias a él y sus consejos fue que me atreví a besarla por primera vez.

—Se que la extrañas, Theo. Pero míralo de esta forma, tienes una segunda oportunidad real para amar de nuevo.

— ¿Oportunidad real? —él me mira como si quisiera golpearme.

—Puedes tener a cualquier chica que quieras. Saliste con Sophie, con Noah Phillips, incluso con Marjolie Grimaldi por Dios, y sabes que esa chica estaba muy bien. Seamos honestos, eres un gran partido, pero tienes esta necedad de pensar que no mereces el amor de nadie debido a lo que te ha sucedido, y justo ahora cuando ésta increíble chica aparece en tu vida, que te quiere por lo que eres he incluso tiene tus gustos raros, te atreves a dudar. No desperdicies las oportunidades que se te están dando... —se queda cayado y me observa aún más serio —Anne nunca podrá tomar el lugar de Sophie en tu vida, pero puedes estar seguro de que esa chica hará hasta lo imposible por mantener tu corazón a salvo. Se nota que está enamorada de ti, Theo. Sus ojos la delatan, igual que a ti.

— ¿Cómo supiste que Kenzie era la indicada? —él me observa ahora con una sonrisa brillante.

—Lo sentí. Desde la primera vez que la vi, algo se removió en mi, y lo supe. Supe que esa era la chica de mis sueños y no podía dejarla ir. Estaba enamorado hasta los huesos de ella... Aún los estoy.

—Si que lo estás —la risa de Kenzie se escucha desde la entrada de la terraza. Mike sonríe al verla y le hace una señal para que se nos una. Siempre me ha parecido muy interesante verlos juntos, se sonreían y miran con demasiado aprecio, verdadero amor diría Alex.

—Anne es una increíble chica, Theo. Esa clase de tesoros son dignos de conservar.

—Planeo conservarla por mucho tiempo —admito generando una sonrisa de aprobación por parte de mi tía.

Esa tarde tanto mi hermana como Alex, no dejaban de acorralar a Anne con planes para los próximos días, y como conozco muy bien a mi chica, sé que es demasiado amable como para mandarlas al diablo a las dos.

—Ni siquiera lo piensen. Me la arrebataron toda la mañana, es mía de ahora en adelante —Anne ríe mientras toma la mano que le ofrezco. La llevo a la terraza en donde tomamos asiento en el sofá en donde estaban sentados Mike y Kenzie hace un rato.

—Gracias, son realmente lindas, adorables y todo, pero mi dosis de adolescentes caducó hace unas dos horas. Si vuelvo a escuchar el nombre de ese chico de la serie de espías, me lanzaré del arco del triunfo.

Theo, Schlesinger IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora