Theo, Schlesinger II

•33•

El medio día en Nueva York suele ser uno de los mejores momentos del día, es increíble la manera en la que el clima parece llegar a su mejor punto todo el tiempo.

—Pensé que nunca llegarías.

—Estaba muriendo del cansancio, dame crédito al menos de que me levanté de la cama. ¿Qué es lo que necesitas? —Lazer no me responde de inmediato, en realidad, está sentado en el muelle con sus piernas al aire. Parece triste y melancólico, y viniendo de alguien como él, eso no es algo muy normal.

— ¿Te sientas? —pregunta esta vez un poco más bajo, sin apartar la mirada del océano.

Tomo asiento junto a él, mirando el paisaje infinito. Después de unos cinco minutos de silencio, comienzo a preocuparme.

— ¿Qué te ocurre? No sueles estar tan callado.

—Quiero disculparme contigo, Theo.

— ¿Sobre que exactamente te estás disculpando?

—Por ser tan entrometido, se que la primera impresión que te di no fue de cerca la mejor, así que me disculpo... me encontraba atravesando un episodio bastante fuerte.

— ¿Un episodio? —Lazer no se movió de su lugar en ningún momento, tan solo observaba a la nada y respiraba pausadamente, demasiado tranquilo, pero también demasiado melancólico.

—No suelo hablar de mi mismo, me cuesta demasiado encajar con las personas por mi... problema —siempre supe que no era normal, pero era algo que yo decía en secreto —. Padezco de bipolaridad crónica... también soy paciente de Andrew, por eso sabía de tu cita aquella noche en el bar.

La bipolaridad crónica, es presentar dos estados de ánimo de manera extrema, tristeza y euforia... podemos decir que su actitud de maníaco al inicio empieza a cobrar sentido.

— ¿Desde cuándo lo tienes?

—Siempre, pero no fue hasta que estuve en el jardín de niños que comencé a presentar los síntomas más frecuentemente —no sé si sea seguro o no hablar de esto con él justo cuando estamos sentados en el muelle a unos buenos metros sobre el mar, pero realmente estoy intrigado —. Eres la única persona a demás de mi familia que lo sabe...

— ¿En serio? —él asiente, mirándome por primera vez en todo este rato.

—Ni siquiera Sophie lo sabía... pero a decir verdad, eres el primer amigo que tengo.

Sus palabras me atravesaron el corazón completamente. Este tipo es extraño, pero completamente inofensivo, siempre lo supe, pero nunca pensé que fuera por una condición involuntaria. Ser su primer amigo me resulta extraño, pero a la vez conmovedor.

—Vaya, eso es... bueno...

—Se que no me consideras tu amigo, y es mi culpa... lo siento.

—No te disculpes por eso, no tiene sentido disculparse por eso —nos quedamos en silencio un par de minutos antes de hacer la pregunta que ha estado rondando mi cabeza desde hace un buen rato —Lazer, ¿por qué me elegiste a mí específicamente? Se que Sophie te pidió que me ayudaras, pero me dijiste que me habías elegido tú.

—Cuando comencé mis sesiones con Andrew, empezamos a planear una terapia nueva. Mi condición me obliga a estar o muy activo, o demasiado estático en momentos que no puedo controlar. Así que decidimos que utilizaríamos mis condiciones especiales en algo bueno y útil.

» Cada vez que estoy en medio de una crisis, debo encontrar algo en lo cual poder descargar mi energía. Antes, la que me ayudaba sin saber era Sophie. Cuando requería de energía, estudiaba con ella y cuando necesitaba descargarla, entonces corríamos por todo el campus.