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La forma en la que concluyó el año fue bastante interesante. Mamá no dejó de dar ordenes lo cual fue bastante gracioso. Los comentarios sobre la comida de parte de Kay necesitaron censura más de una vez. Sin mencionar todo lo que dijo sobre complacer a la embarazada y demás...

Anne estaba feliz, y eso me hacía a mi estar feliz. Sentía que por fin podía decir que alguien me amaba a mi, con todo lo que era, lo malo y lo bueno, y mi padre lo notó. Lo cual no me dejó mucho tiempo para felicitaciones por el nuevo año, ya que me encontraba debatiendo mi siguiente movimiento con él.

— ¿Estás hablando en serio, Theodore? ¿Por qué tienes la manía de soltarme estas noticias así de pronto? ¡Podrías causarme un infarto!

—Papá, no exageres, ¿sí? —digo con una leve risa —No es una idea tan descabellada. Tú lo hiciste con...

—Eran tiempos distintos, Theo. Además, son muy jóvenes aún —interrumpe mirándome entre serio y al mismo tiempo no tanto.

—Tendré diecinueve en un par de meses, ella incluso antes que yo. Sé que somos jóvenes, pero realmente quiero hacer esto.

—Dejarás a Josh y Tom solos o piensas...

—Anne tiene su propia casa. No los echaré a ellos, papá. Me iré yo.

—Esa casa es tuya, Theo. Lo sabes muy bien.

—Dejaré que ellos vivan ahí hasta que terminemos la escuela, ¿sí? Después de eso, ya veremos que ocurre, pero ahora, papá no tienes idea de lo preocupado que me siento cada vez que me voy de su casa y se que está ahí sola. Pienso en todo lo malo que podría ocurrirle y me siento fatal. No deseo dejarla sola nunca más.

— ¿Ella está de acuerdo con esto? ¿y si las cosas entre ustedes terminan mal?

—No dejaré que termine mal papá, no dejaré que terminen siquiera.

—Parece que estás muy decidido con todo esto.

—Lo estoy, realmente la quiero papá. Por favor entiéndeme.

Él me mira, analizando todo lo que acabo de decir. Quiero irme a vivir con Anne, estoy cansado de dejarla sola en su casa, no puedo imaginar siquiera que alguien le haga daño... A ella no.

—Está bien, pero si Annabeth te quiere fuera, te vas.

— ¿Sin dar pelea? No lo creo —digo en un tono entre broma y seriedad. Él me mira con una pizca de diversión en sus ojos.

—Ese es mi hijo. Ahora vamos, tú madre no tardará en aparecer.

Año nuevo debería de ser un rito de los nuevos comienzos, empezar de cero siempre que se pueda, un borrón y cuenta nueva. Esta es mi oportunidad para hacer lo que quiero sin pensarlo, estoy seguro de ello.

—La comida fue demasiado buena para ser cierto, creo que podría olvidarme del pavo quemado —Anne no ha dejado de reírse y mirarme maravillada. No entiendo que le ocurre, pero sospecho que Mike le ha dado unos cuantos tragos de más — ¿Qué te pasa? Has estado muy cayado.

— ¿Qué me dirías si te propusiera algo? Un poco... descabellado —la voz de mi padre comienza a retumbar en mi cabeza.

— ¿De qué hablas? —dice, sin soltar mi costado. Estamos mirando el mar, en la terraza junto a el sonido de las festividades alrededor.

—Sabes, cada vez que voy a tu casa, hay algo que odio. Que realmente odio.

— ¿Qué? —dice mirándome seriamente. — ¿Theo?

—Irme y dejarte sola —el silencio que se forma es aterrador. ¿Por qué no me responde? ¿Acaso es realmente una completa locura? —No quiero dejarte sola nunca más, Anne.

Theo, Schlesinger IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora