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Las paredes blancas de este lugar me provocan un dolor de cabeza increíblemente grande, nunca pensé que me pondría tan nervioso al venir a una sesión de terapia con mi padre.

— ¿Por qué estás tan nervioso?

—No lo sé.

La mujer de recepción nos indica que ya podemos pasar al consultorio de Andrew. Papá se levanta de una manera elegante y formal, mientras que yo estoy hecho un manojo de nervios.

—Relájate, no es nada del otro mundo —extrañamente encuentro sus palabras tranquilizadoras. Ambos entramos en el consultorio sin contratiempo alguno.

— ¡Charles! Tanto tiempo sin verte, ¿cómo ha estado todo?

—Excelente, ¿qué tal tu? Debemos ir a jugar golf de nuevo, quiero mi revancha —la risa de Andrew es extraña, pero simpática a la vez.

—Dalo por un hecho, pongámonos de acuerdo y vayamos al club en algún momento.

Tomo asiento en uno de los sofás, apartándome un poco de ellos, lo cual parecen notar.

—Bien, tengo entendido que están aquí para solucionar el conflicto que traen desde hace algún tiempo, ¿cierto? —la pregunta de Andrew es más bien una afirmación, tiene nuestro expediente abierto.

—Haz tu magia —le dice mi padre. Andrew le responde con una risa pequeña mientras toma un bolígrafo de su escritorio.

—¿Algo que quieras aportar Theo? —la pregunta me toma desprevenido, no estaba planeando decir o contar algo nuevo.

—¿Crees que podrás ayudarnos? —mi pregunta suena tan estúpida que me retracto inmediatamente mientras Andrew se ríe sutilmente de mi asintiendo con su cabeza.

—Haré lo mejor que pueda, esperemos poder avanzar bien, no hay prisa. Quisiera que me explicaran en concreto cual es el problema que están teniendo, ¿falta de comunicación? ¿desconfianza?

Miro a papá esperando a que responda él. Cada vez que estoy con él, siento esa necesidad extraña de que me defienda y segundos después quiero que se calle y no hable como si supiera lo que estoy sintiendo. Estoy tan mal...

—Supongo que la comunicación es algo que está bien, Theo sabe que puede decirme todo cuando sea. El problema está en que desde que pasó hace un año todo el episodio de Harrison Bledel, me he sentido un poco desilusionado de que él escondiera cosas tan importantes de mi, sabiendo que podía decirme lo que fuese sin ningún temor. Siempre estoy atento a escucharlos tanto a él como a su hermana.

—¡Eso no es cierto! —exploto mis palabras sin pensarlo siquiera.

— ¿Por qué no lo es, Theo?

—Nunca tienes tiempo para mi, papá. Siempre estás en tu oficina y cuando estás en casa te la pasas atendiendo asuntos del trabajo. Nunca puedo sentarme a conversar contigo de nada, y fue principalmente una de las razones por las que no te conté nada en aquel momento. No sabia como tener tu atención y las amenazas de ese idiota eran muy fuertes, ¿de acuerdo? —la mirada de mi padre es entre confusa y dolida. Cada vez que avanzamos un paso retrocedemos dos.

—¿Sientes que tu padre te ignora? —Andrew pregunta, y siento como la tensión crece cada vez más.

—Así es, aunque también se que no lo hace a propósito.

—¿Charles, tú sientes que ignoras a Theo?

—No —se limita a decir con la mirada perdida en algún lugar por la ventana.

***

—Y ¿cómo estuvo?

—Extraño y bastante incómodo.

Theo, Schlesinger IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora