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Acción de gracias nunca me ha parecido una festividad interesante. Sí, hay que dar gracias por todo lo que tenemos y demás, pero... no quiero tener que separar me Anne un fin de semana completo.

— ¿Estás segura? —le digo unas mil veces en lo que esperamos su vuelo. El aeropuerto nunca me había parecido tan triste como hoy.

—Ya hablamos de esto, no me convencerás. Irás a ver a tu familia, yo iré con la mía y el lunes estaremos aquí de nuevo.

—Hoy es miércoles, es mucho tiempo...

—Theo, no me hagas sentir culpable, por favor.

—No quiero que te sientas culpable, pero no quiero que vayas tu sola hasta Minnesota.

— ¿Sí sabes que he tomado este avión varias veces, verdad? —dice entre risas. Solo no quiero que se vaya.

—No quiero estar lejos de ti todo el fin de semana, será una tortura.

—Solo recuerda los días en donde no pasabas tanto tiempo conmigo...

—Anne, no puedo hacer eso. Ahora eres parte de mi vida y no puedo pensar siquiera en los días cuando no te tenía a mi lado. Simplemente no puedo.

—Mira, en cuanto esté en casa te llamaré y hasta podríamos hacer una video llamada, ¿con eso crees poder vivir el fin de semana? —su sonrisa es como la dosis de anestesia que tanto necesitaba.

—Esta bien —digo tomándola en brazos justo en el momento que anuncian el vuelo de Anne —. Te están llamando —digo en su oído sin soltarla.

—Lo sé, debo irme —dice, pero se aferra más a mi. Tomo su rostro con mis manos y beso sus labios una última vez antes de que aborde ese avión y la lleve lejos de mi por los próximos días —Theo... —sin soltarme, comienza a reír aún con nuestros labios unidos.

—No te vayas —suplico besándola una vez más con su risa en medio —. Te amo.

—Yo a ti, pero debo irme —ella continúa el beso hasta que me detiene del todo, colocando ambas manos sobre mis mejillas —. Saluda a tu familia de mi parte, por favor.

—Por supuesto. Te voy a extrañar mucho —sus ojos me dicen todo lo que necesito para sobrevivir estos días

—Yo también, pero verás que los días se pasan muy rápido —con un último beso y un fuerte abrazo, finalmente la dejo ir. Al llegar a la zona de abordaje se despide con su mano y un movimiento de sus labios que pronuncia un dulce Te Amo, justo antes de desaparecer.

Me quedo observando la puerta un par de minutos más hasta que comienzo a sentir mi teléfono dentro del bolsillo trasero de mis pantalones.

— ¿Sí? —le respondo a Marcus, uno de los nuevos pilotos del avión familiar.

—Señor Schlesinger, está todo listo —giro mi cabeza unos centímetros y veo a uno de mis guardaespaldas esperando en una de las compuertas.

—En un momento estoy con ustedes.

—Como guste señor —Marcus termina la llamada y me quedo observando el fondo de pantalla de mi teléfono. No tiene ni diez minutos de haberse ido y ya la extraño.

Tomo mi maleta y camino en dirección a Frank.

—Buenos días, señor Schlesinger —saluda con una sonrisa demasiado fingida.

—No te esfuerces demasiado, ¿Troy no te ha dado la inducción correcta? —bromeo con él, porque se lo mucho que detesta sonreír todo el tiempo a las personas. Es nuevo en su trabajo, y no estoy seguro de que tan placentero es tener que cuidar a un tipo de dieciocho años así que siempre bromeo con ellos.

Theo, Schlesinger IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora