Capítulo 8: Un brindis emotivo

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Ella siguió a Darío, incluso sin importarle lo que llevaba puesto y permitió que los guardias de la fiesta le abrieran la cortina para ella.

El lugar estaba oscuro, las luces parpadeaban y le daban una visión psicodélica del lugar. Había una enorme pista de baile en el centro, donde todo tipo de personas bailaban, en parejas, grupos o solos. Solo que el baile no era alguno que Alyssa había visto antes: ellos meneaban sus caderas unos con otros, sin importar si era una pareja del otro género o no, sin importar quién estaba delante o quién estaba detrás. Las manos, piernas y cabellos se movían de un lado a otro, sin saber dónde empezaba una persona y terminaba la otra.

Olía bastante fuerte a sudor cerca de la pista, además de que había alguna combinación de eso con lejía. Alyssa creyó que estaba loca, hasta que giró su rostro y junto a la pista vio una sola que no tenía puerta ni paredes. Era solo como si una pequeña porción del piso sobresaliera un poco más alto del suelo. En ese pequeño rincón, había sofás de todos los tamaños, algunos tubos grises que llegaban hasta el techo y muchos espejos posicionado estratégicamente en el suelo, en el techo y en los alrededores.

Alyssa creyó que podría solo ser un lugar de descanso para cuando se dejara de bailar, pero cuando vio a una pareja que lo ocupaba, un chillido salió de sus labios. Apartó su mirada y sintió como Darío se reía por ella. No estaba burlándose, sin embargo, tampoco parecía creer normal la confusión en el rostro de Alyssa.

– Nunca habías visto una orgía, ¿cierto?

Alyssa se lamentaba por haber tenido curiosidad por ese lugar.

– Corrección: nunca creí que vería una.

Una sonora carcajada de Darío hizo que sin querer Alyssa girara su rostro y volviera a encontrarse viendo hacia los sofás. Había más de una pareja allí, había más bien un grupo. Todo tipo de hombres y mujeres, bailando alrededor de sí sin nada de ropa. Los gemidos se volvieron sonoros, incluso Alyssa captó en el aire un par de gritos. Y ella no pudo quitar su mirada de ellos, ver cómo cada uno se movía como si todos fuesen un solo órgano que siente placer solo cuando todas sus piezas encajan.

Darío terminó de guiar a Alyssa hasta una barra de mármol que estaba en el rincón junto a la sala de los sofás. Alyssa tomó asiento en una silla alta y mirar con sorpresa al cantinero que acababa de dejarle un vaso frente a ella.

Alyssa estuvo a punto de decirle que estaba cometiendo un error, pues ella ni siquiera había pedido nada aun cuando el cantinero señaló hacia un hombre que estaba en el otro lado de la barra.

– Cortesía del señor Fiore, señorita. –El cantinero dijo y se fue para seguir con su trabajo.

Alyssa miró el vaso. Olía dulce y quemado, debía ser alguna bebida muy fuerte aquel líquido trasparente que contenía su vaso. Después, dirigió su atención hacia el hombre misterioso que le regalaba tragos. Era fornido, casi más que cualquiera de allí a excepción de el mismo Eros, tenía el cabello café, piel blanca y unos ojos grises sagaces.

El hombre-regala-tragos le dio un asentimiento a Alyssa antes de beber de su propio vaso en honor a ella. Alyssa simplemente le dedicó un segundo más su mirada antes de seguir con lo que hacía.

Alyssa no quería beber, así que simplemente desvió su atención hacia el rincón con los sofás. Cada persona seguía allí, absorta en su propio mundo de placer. Alyssa sintió su cuerpo recorrerle un escalofrío. Hacía tanto que ella no había estado con nadie, hacía tanto que ella no había tenido un novio. Se sentía raro verlos a todos ellos tener sexo grupal, pero no era algo que Alyssa quería ver: era algo que ella necesitaba... ver y sentir.

Su sádica atención fue distraída cuando Darío se puso de pie sobre la barra con solo un salto y llamó la atención de los demás que estaban allí sentados. Alyssa sintió su rostro enrojecer al creer que alguien habría notado que ella estuvo observando con morbosa admiración la orgía que ocurría a sus espaldas. Pero la realidad era que todos en la sala podían ver a esas personas si querían.

LA ASESINA DE LA MAFIA © || [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora