Capítulo 40: Seguridad de aficionados

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—Feliz aniversario, mi amor —la vida era un vaivén de emociones, Alyssa había descubierto eso a la corta edad de veintitrés años.

Después de lo que pareció el peor medio año de toda su vida, huir con Eros a Rumania por seis meses más le había dado la paz que ella tanto había anhelado. Claro, aún quedaban muchos clavos sueltos, muchos nudos que desatar y miles de misterios que resolver. Entre ellos, Alyssa estaba segura que en algún momento tendría que darle la cara a su familia, pero lo que se sorprendió descubriendo era que ella misma no quería hacerlo.

Había estado medio año de maravilla; lejos de todo el drama de la mafia y las matanzas. Ella había seguido entrenando, Eros se había asegurado de eso, y había aprendido junto a él cómo reorganizar una mafia casi desde cero. Era cierto lo que Eros había dicho, entre los documentos que Alessandro había quemado, mucha información valiosa se había perdido. Información que ellos habían tenido que desenterrar de debajo de las piedras, pedir muchos favores y cobrar otros para recuperar lo que necesitaban. Pero al fin y al cabo habían encontrado todo lo que necesitaban, incluso Artem había ayudado desde la distancia.

Aunque, era cierto, él los había ido a visitar constantemente en Rumania. La mansión Drahneilor que Eros había comprado, terminó siendo el regalo de bodas de Alyssa. Era hermosa, una mansión con aire medieval (por no decir "castillo medieval") que había requerido de mucho trabajo y esfuerzo poder acoplarla. Sin embargo, el hecho de que necesitara reparaciones y remodelaciones solo le causó más placer a Alyssa. Ella descubrió una pequeña pasión en amoblar la mansión, en redecorar las paredes y darles vida nueva a los salones. Claro, había aún mucho trabajo sin terminar que ella haría después. Sin embargo, por lo menos la mansión Drahneilor estaba más habitable que Sacra Corona.

La primera casa que Eros había conocido, tras el suicidio de su padre y la muerte de su madre, había sido cerrada. En realidad, Eros había mandado a remodelarla. Aunque "remodelarla" era un término lindo para ignorar el hecho de que Eros, en realidad, había mandado a demoler el tercer piso de la casa. Él ya no quería nada que le recordara a Ciara y a Emma, aunque a Alyssa le pareció extremo al inicio la decisión de eliminar el piso donde ella murió, al final ese cambio le haría mucho bien a Eros.

Así que, sin otro lugar donde estar, ambos habían trasladado temporalmente a todo su personal a Rumania, aunque cierto porcentaje estaba con Elián y el restante en Caruso Mannor.

—Feliz aniversario para nosotros, mi amor —respondió Eros viendo con una sonrisa ladeada como Alyssa saltaba sobre sus rodillas encima de la cama. Ella parecía cada vez más feliz y libre mientras más tiempo permanecía lejos de Italia y todo lo que ambos habían dejado atrás. Eros lo notaba con una hermosa dicha invadiendo su corazón—. ¡Levántate, haré el desayuno después de mi ducha! —Y sin ninguna vergüenza, Alyssa se levantó de la cama y pegó una carrera hacia el baño de su habitación con el trasero al aire. Eros rio para sus adentros, disfrutando del rebote de sus senos.

Bien, eso era todo. Él tendría que acompañarla en su ducha.

Alrededor de una hora después, ambos estaban tomados de las manos y con sus uniformes al pie de las escaleras. Durante el día, ambos siempre sacaban tiempo para entrenar antes de hacer el resto de sus responsabilidades como dueños de la mafia Caruso. Eros había notado muchos cambios positivos en Alyssa; no solo en su forma de pelear, que ahora era prácticamente capaz de vencer a Eros en un combate cuerpo a cuerpo, sino que también era más valiente y segura.

Había aprendido a armar una metralla y un rifle en menos de lo que le tomaba apuntar y disparar. Su forma de pelear había sido pulida y ella lucía mucho más temeraria que antes, haciendo que muchos de los capos que antes respetaban a Eros por ser el caporégime, ahora respetaran a Alyssa por igual.

LA ASESINA DE LA MAFIA © || [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora