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no estaba del todo seguro, pero de lo que si estaba cien por ciento seguro, es que quizás su vida le tenía algún tipo de odio o resentimiento que haya hecho en el pasado sin darse cuenta, ¿era acaso eso?

El miedo y el rencor le facturaba en demasía, y la loca idea de cambiarse de colegio de igual forma, nikie ya ni siquiera se sentaba a su par, pues estos últimos días no a aportado absolutamente nada de él, pensaba que quizá estaba enfermo, quería creer que si, porque por lo poco que sabía, sabía que su padrastro era un sinvergüenza que le hacía mil cosas sin sentimientos.

camino como si de un zombie se tratase mientras trataba de no caer en su propia desgracia, porque sorprendentemente, estaba llegando vivo y sin haber cometido un suicidio o un homicidio durante toda la semana; era viernes, por lo que eso implicaba una sola cosa; poder dormir todo el fin de semana sin tener algún rencor hacia nadie por lo menos, unos pocos días y descansar por completo, cosa que también le estaba carcomiendo porque las ojeras eran más grandes que de lo habitual.

estaba agradeciendo al mundo al ver que por primera vez en mucho tiempo, estaba siendo bendecido porque no le estaba pasando ni una sola cosa mala. la vida hoy lo quería. Lo apreciaba.

trato de sonreírle a la vida, pero vamos a ser sinceros, ¿por qué tendría que sonreírle a la vida, idiota? ¿tal vez para no ser defraudado y que algo malo le pasase? quizá.

tomo sus cosas y subió las escaleras para poder dirigirse hacia la biblioteca y poder sacar un par de libros para el fin de semana, bien, iba a admitir que era un poco codicioso con el dinero, ¡pero era Corea! ¿qué mas esperaban de él?

sorprendentemente la biblioteca estaba casi vacía, por lo que optó por irse al final del pasillo para poder escoger los mejores libros, porque si, los mejores libros se disposicionaban al final del último pasillo; dónde no había nadie a esa hora. ¡era feliz! una persona poco sociable y introvertido, era el lugar perfecto, ¿cierto?

camino dando saltos alegres mientras sentía como la mochila se movía al compás de su unilateral cuerpo, sus pequeños pies amortiguaban el ruido y eso hacía que estuviese a su favor, porque siendo sinceros no estaba de buen humor como para que la señora de setenta años le retase por algo estúpido. chistó por lo bajo al ver el libro que tanto quería; la saga de after. ¡oh sí! los había conseguido después de años de búsqueda. se puso se puntas tratando de bajarlos para poder ir a clases en paz, se apoyo en la estantería estirandose un poco mas para poder agarrar lo suyo, cuando menos pensó que los tenía en manos, fue arrebatado por un cuerpo mil veces mas grande que el suyo. que indefenso que se sentía en estos momentos. suspiro pesado moriendo su labio y haciendo puños las manos.

—Eso es mío. — artículo aun de espaldas.

—¿Ah, si?

—Si, así que por favor devuel-

—No creía que te gustaba leer esto. — le obligó a verlo, está vez estaba por arrancarse el labio si seguía escuchando aquella voz—. No pensé que fueras así.

—Damelo.

—Pero lo estoy leyendo yo, que lástima, sunoo.

—Damelo, por favor. — extendió la mano esperando a que ponga los libros en su mano, pero no fue así, en su lugar puso otra cosa—. ¿Qué es es- ¡Ah! ¡Aleja eso de mí! — lo tiró lejos de él-. ¿Po-por qué me das eso...?

—Ah, ¿esto? — lo recogió—. Supuse que lo necesarias al estar al fondo de toda la biblioteca.

—¿Qué? ¿De qué hablas? Yo solo quería buscar estos libros...

—¿Así que no sabes, eh? — se apoyo en la pared cerrado el libro—. Ya, por favor deja de fingir.

—No se de que hablas.

𝘾𝙧𝙪𝙣𝙘𝙝. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora