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digamos que para seonwoo, no era una de sus mejores semanas, en donde no solo le había salido un grano enorme en su hermosa y angelical cara, sino que estaba a nada de mandar a la mierda a su mayor; o sea a park sunghoon.

¡que interesante su vida trágica! ¿cierto? bueno, no del todo, en cierto punto dejo de ser tan cansador y solo se mantenía alejado de vez en cuando, su espacio personal estaba comenzando a ser como antes, y ciertamente todo esto era algo grandioso para sunoo, ya no tenía alguna distracción por sus estudios; ahora sus calificaciones estaban en mejor puesto. estaba seguro que todo esto estaba llevándolo por un solo caminó, y era por sus exámenes finales, era tan agotador al parecer.

suspiro y guardó sus cosas mirando de reojo como nikie solo se mantenía como una estatua en su asiento haciendo tareas, había perdido semanas de clases porque estaba en una condición bastante mala y crítica por lo que contó, así que solo optaba por darle su espacio y, si quería, darle sus apuntes, aunque no del todo perfectos y terminados por culpa de sunghoon.

debía de admitir que lo extrañaba un poco, solo un poco. pero porque ya no tenía a alguien que le fastidiaba la vida.

tomo su celular y se limitó a salir en silencio, por detrás el bullicio de todos le hacían dar un gran dolor de cabeza, el pasillo estaba lleno de ordas de personas, no era un espacio en dónde le gustaba compartir todo tipo de cosas con gente desconocida, aunque no del todo, porque los conocia de lejos y podía llegar a saber que clase de persona eran. chistó y bajo las escaleras creyendo que su día era perfecto, pero si, era. en pasado.
fue arrebatado y llevado a una habitación que conocía a la perfección; el salón de música.
iba a bufar pero sabía que iba a ser en vano al ver de quién se trataba aquella escena, debió de haberlo sabido mucho antes de que lo agarraran así de fuerte el brazo.

—¿Pero qué mierda sucede contigo? — zanjo un poco molesto cruzando sus brazos a la altura de su pecho.

—¿A mí? Nada. — se sentó en una mesa libre y se apoyo de sus manos mirándolo borde—. ¿Por qué lo dices?

—¿Es en serio? — bufo está vez, sabía que iba a ser tonto preguntar aquello—. ¿Por qué simplemente no solo me llamas por mi nombre o- ¡No, mejor aún! — hizo una pausa y guardó su celular mirando que no tenía mucho tiempo—. Haberme mandado un mensaje.

—No me gusta hablar por chat.

—Ah eso no te gusta. — acortó un poco el espacio de ambos para no gritar tanto—. Pero si te gusta mandar fotos subidas de tono. ¿No?

—Ujum. — relamio sus labios y le miro los suyos—. Mas aun si se trata de ti.

—¿De mí?

—Si.

—¿Por qué?

—Quizas porque sea que eres jodidamente lindo y tierno.

solo pudo reír descaradamente mientras sentía la penetrante mirada del mayor sobre si mismo, sabía que en algún punto iba a soltar algo chistoso, pero no pensó que fuera tan temprano.

—¿Puedes solo dejar de decir cosas así?

—No, me gusta.

—No te gusta. Te gusta el hecho de verme retorcerme bajo tu mirada.

—Touch.

—Pero, ¿Por qué no solo me dejas en paz?

—No quiero.

—¡Yah! No sé que es lo que buscas de mí, pero dímelo si es así. Estoy cansado de ti.

—¡Respétame! Soy tu mayor. — dijo con un tono de malicia barata.

𝘾𝙧𝙪𝙣𝙘𝙝. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora