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Miro el techo con frustración, sin poder creer que aún esté pensando en aquél bicolor que tanto reinaba en su cabeza

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Miro el techo con frustración, sin poder creer que aún esté pensando en aquél bicolor que tanto reinaba en su cabeza. Desde esa tarde no pudo olvidar ni un segundo la imagen de ese angelical chico durmiendo. Su mente se lo repetía una y otra vez sin cansancio. Simplemente no podía olvidarse de él así como así.

"Tks, estúpido bastardo mitad-mitad"

Ya era fin de semana, y tenía todo el tiempo posible para hacer cosas más importantes que pensar en Todoroki, definitivamente sí. Extrañamente cada que pensaba en el monocromático no podía evitar sentir un leve cosquilleo en el estómago... Y la verdad es que no sabía a que se debía eso, nunca a experimentado una face como el enamoramiento, mucho menos a pensado en ese tema. Pues dice que es una tontería, una distracción. Te distrae de lo que en verdad quieres, de tus sueños, y tus metas. O eso tiene él metido en la cabeza...

Es muy terco para saber que pasa en realidad, y a pesar de que no quiera pensar más sobre el aquello, no podía, una maldita voz en su cabeza le decía que fuera a ver al heterocrómatico, que lo viera ahora mismo, y no tenía ni la menor idea de que tipo de cosas eran esas. Pero algo de él le llamaba, no sabía que, pero simplemente lo hacía. Sus ojos dispares y hermosos, uno color gris, que reflejaba sin duda la tristeza que sufrió en la infancia. Y el otro azul turquesa, era como ver el mar o el cielo. A pesar de que tenía una cicatriz en su ojo, eso no le quitaba la belleza, de hecho, atraía más a las personas.

Su teléfono vibro sobre la mesita de noche al lado de su cama, y, suspirando con molestia, lo agarró, viendo el número y nombre del contacto registrado como; "Pelos de mierda".

- ¿Qué mierda quieres ahora?

- ¡Ay! Que maneras son esas de hablarle a tu mejor amigo. Estoy muy triste.

- Si sigues diciendo estupideces voy a colgar.

- ¡Vale, vale! Te iba a preguntar si querías salir conmigo y los demás está noche a un bar cercano.

- ¿Para que se supone que querría ir yo allí?

- Van a haber chicas lindas, ¿no te interesa eso?

- No quiero andar viendo a un par de putas por toda la noche, prefiero quedarme en casa.

- ¿Irías si te digo que alguien más va a estar ahí?

- ¿Quién rayos es ahora?

- Shōto Todoroki.

Se quedó en silencio, sin decir una sola palabra. ¿Es cierto que el bastardo iba a estar allí? Todoroki no era el tipo que iba a algún bar de noche o de estar saliendo. Era extraño, pero a la vez le daba curiosidad saber si era cierto lo que le contaba su autoproclamado mejor amigo.

- ¿Baku-?

- Hora y lugar.

- A las ocho en el nuevo bar que abrieron cerca de tu casa, si no sabes dónde es podemos ir a por ti.

- Ni falta que hace, ya se dónde es.

- Bien, nos vemos allí.

Colgó, dejando su teléfono de lado y apagándolo nuevamente como hace unos minutos. Miro hacia la nada, preguntándose si de verdad Shōto iba a ir a aquél lugar.

"Seguro solo es una broma de esos anormales para que vaya y me anden jodiendo desde que llegue. Siempre hacen lo mismo" pensó, sabiendo ya que muchas veces sus amigos habían echo eso. Simplemente hacían una estúpida excusa para que fuese con ellos. "Pero, no creo que haga nada de malo ir a ver..." sonrió por debajo.

Salió de su cuarto cerrando la puerta, mirando por el pasillo a su madre ver con su padre novelas en la televisión, como siempre hacían los fines de semana

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Salió de su cuarto cerrando la puerta, mirando por el pasillo a su madre ver con su padre novelas en la televisión, como siempre hacían los fines de semana. Suspiró bajando las escaleras a pasos lentos. Si Todoroki no estaba en el puto bar les iba a reventar la cara a los idiotas que tenía por amigos.

Al bajar de las escaleras tomó su teléfono, guardándolo en uno de sus bolsillos. Avisó a su madre que se iría, de todos modos, no quería que luego le montase un show por irse sin avisar, porque sí, cada que lo hacía Mitsuki iba dónde él, y sin importarle la gente a su alrededor se jalaba de la oreja llevándolo a la casa.

Abrió la puerta y al salir la cerró. Comenzó su camino hacia el bar, notando como algunas otras personas también se dirigían ahí. Estando cerca pudo notar a su grupo en la entrada, llamándole. No se sorprendió por eso, y solo bufó molesto yendo hasta ellos.

- ¡Oh, vamos Blatsy! Quita esa cara de amargado, que parece que te obligamos a venir -comentó Mina con una sonrisa.

- En realidad si, si lo hicieron, este estúpido -señaló a Kirishima-, me dijo que vendría Todoroki. Pero si no viene, los voy a matar a todos. ¿Entendido? -los demás asintieron nerviosos.

- Aún no entiendo tu obsesión por ese chico, ¿acaso te gusta, Blatsy? -preguntó Kaminari con una sonrisa pícara, acercándose al cenizo.

Bakugō no pudo evitar sonrojarse ante eso, gruñó por lo bajo y apartó la mirada, haciendo reír a sus amigos. Pronto fue su turno de entrar, por suerte eran amigos del jefe del lugar, y tenían ventaja sobre eso.

Ya dentro del lugar pudieron notar lo grande y fabuloso que era. Tenía luces de colores por todos lados, iluminando el lugar. Se podían ver ya a varias chicas y chicos bailando, al igual que a algunas personas que ya estaban siendo víctimas del efecto del alcohol.

Se sentaron en una mesa libre, cerca del barman. Comenzaron contando un par de chistes mientras disfrutaban de un par de vodkas, claramente no tantas, pues no querían tener un accidente por su irresponsabilidad. Por suerte, Bakugō estaba ahí, y siendo el más responsable de todos tenía que, desgraciadamente, cuidar de que sus amigos no se emborrachen.

- ¡Hey Bakubro! mira quién está ahí -señalo con la cabeza a una mesa cercana a ellos, exactamente a un grupo de adolescentes como ellos.

El cenizo miró en esa dirección, viendo una cabellera bicolor que reconoció sin problema alguno, estaba hablando con sus demás amigos de forma animada y tranquila.
Por está vez, sus amigos se salvaron de quedar bajo tierra.

Porque, efectivamente, Shōto Todoroki estaba ahí...

『ɴᴜᴇsᴛʀᴏ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora