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Katsuki debía admitir que después de eso no pudo dejar de pensar en Shōto, literalmente su mente proyectaba miles de imágenes del bicolor sonriendo, mostrando expresiones que nunca había visto y que su propia mente se encargó de crear

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Katsuki debía admitir que después de eso no pudo dejar de pensar en Shōto, literalmente su mente proyectaba miles de imágenes del bicolor sonriendo, mostrando expresiones que nunca había visto y que su propia mente se encargó de crear.

Es extraño, porque creyó que luego de aquello Todoroki iba a estar más incómodo con él, pero se equivocó, no estaba ni un poco incómodo. De hecho, ahora mismo estaba sentado en su regazo mientras veían películas.

¿Raro, no?

Los padres del bicolor estaban de viaje de negocios junto con Natsuo y Fuyumi, debido a un par de inconvenientes que tuvieron en su empresa. Y Tōya aún no regresaba de su viaje porque lo alargó un poco más, y por lo tanto tardaría en llegar.

Así que, resumiendo, la casa era solo para Shōto. Y este quiso invitar a su novio para pasar un rato juntos. Aunque Katsuki lo vio más como una noche de películas con una hermosa vista.

El bicolor tenía puesto un suéter que le quedaba algo largo, le cubría hasta los muslos, perfecto. Y también tenía unos pantalones holgados que le quedaban bastante anchos, también perfecto.

Lo suficiente para que Bakugō se sienta más que feliz estando en su casa, y teniéndolo sobre su regazo mientras recuesta su cabeza en su pecho y comen palomitas observando aquella dichosa película que ni atención le prestaba por mirar a su pareja todo el maldito tiempo.

Ni una palabra decían, pues les era estúpido interrumpir el hermoso y relajante silencio que reinaba en la sala de estar. Les gustaba, y mucho.

Mierda, habían pasado un par de días desde que se declararon y ya parecen una pareja de recién casados. Es algo que da gracia de cierta forma, pero tampoco es como si les importara mucho. De todos modos, solo se daban afecto y esas cosas.

Katsuki revuelve un poco el sedoso cabello bicolor, maravillándose por la suavidad de este, y suspirando el aroma de fresas que cargaba siempre su novio. Tomando uno que otro mechón de su cabello y jugando con el.

Shōto sonríe ligeramente ante las caricias del cenizo, y se deja hacer, llevándose una palomita a la boca a la vez que observa las escenas "interesantes" de la película.

El oji rubí a demostrado ser alguien a quien le gusta -demasiado- la atención del heterocrómatico, pues desde un inicio se enojaba al ser ignorado por este a cada rato, comenzando a gritar y reclamar.

Como ahora.

Todoroki veía esa estúpida película en vez de prestarle atención a él, SU NOVIO. Si fuera por él, ya estaría rompiendo la televisión y reclamándole al bicolor. Pero lastimosamente no podía, ya que si hacía eso el maravilloso silencio que había se iría a la mierda y sería remplazado por algún griterío suyo.

Aunque, eso no quita que quiera la atención del bicolor. Y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para obtenerla.

Por lo tanto, agachó un poco la cabeza, exactamente hacia el cuello del heterocrómarico, y sonrió imaginando ya la reacción de Shōto ante lo que trama hacer.

『ɴᴜᴇsᴛʀᴏ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora