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—Sabía que Katsuki estaba escondiendo algo.

Su corazón se detuvo por breves segundos, quedándose quieto en su lugar al escuchar aquella voz femenina a sus espaldas. Abrió los ojos de par en par, apretando los labios.

Debía haberse quedado en la habitación de Katsuki como dijo este...

—¿Eres un compañero suyo, no? —cuestiona la mayor, recargada en el marco de la puerta.

Shouto gimió resignado, cerrando los ojos y volteándose sin más. Ya no tenía caso seguir intentando esconderse de Mitsuki.

—Sí, lo soy... estábamos.. haciendo un proyecto juntos y él tuvo que irse debido a que unos amigos lo llamaron. Me dijo que me quedara aquí.. —mintió, apartando la mirada hacia el suelo.

—Si con “proyecto” te refieres a coger... —ella levantó una ceja, Shouto podía notar un deje de picardía y diversión en su tono de voz—. Mentir no es algo bueno, niño.

Todoroki se ruborizó, rascando el dorso de su brazo con el ceño levemente fruncido.

«Algo que tienen en común es que son igual de descarados... ¿Acaso no tienen vergüenza?» se le vino a la mente, sin ser capaz de responder.

—¿No piensas decir nada?

—Lo lamento... no quería que nos escuchara.. —esta vez la observó directamente, con visible pena.

—No tengo problema con eso. Lo que me molesta es tener que escuchar a mi hijo presumir lo “bueno” que dice ser durante el sexo. Pero da igual, entiendo que los adolescentes de ahora necesitan... relajarse de alguna manera —murmuró, haciendo un movimiento con sus manos, restándole importancia.

Él se mordió el labio inferior de su mejilla, comprendiendo que, de alguna manera, eso no le resultaba muy cómodo a la mayor. Aunque, ¿por qué le agradaría escuchar a su hijo follarse a su supuesto compañero mientras escuchas los gemidos del último? Sí, efectivamente no es nada agradable. Así que Mitsuki tiene sus motivos para sentir incomodidad e incluso una leve molestia debido a ello.

—U-uhmmm... creo que.. lo mejor será irme, t-tengo cosas que hacer en mi casa y eso.. —se excusó, hablando apresuradamente y de forma torpe. No se le ocurría una buena excusa para marcharse sin que sea incómodo.

—Espera, quiero hablar más contigo. Ven, preparé algo de té —hizo una seña para que entrara en la cocina.

Shouto titubeó, pero al ver la insistencia de la mujer por hablar con él, no tuvo de otra que aceptar, entrando con lentitud y timidez en la cocina, tomando asiento sobre una de las sillas frente a la mesa luego de recibir el permiso de la rubia para hacerlo.

«Algo me dice que esto será algo.. raro»

(...)

Katsuki cerró la puerta trás él una vez entró en casa, anunciando su llegada con los sonidos de sus zapatos chocando contra la madera lisa del suelo. Soltó un largo suspiro y comenzó a caminar por el pasillo, ansioso. Se había quedado a medias con Shouto, teniendo que cargar con una desgraciada erección todo el tiempo, ¿y para qué? Para descubrir que Kirishima lo había llamado solamente para que lo ayudara con la puta tarea.

Estuvo a punto de explotarle la cara, honestamente. Pero se obligó a no hacerlo ya que llamarían la atención de los padres del pelirrojo y eso no es algo que desee... fácilmente podrían sacarlo de la casa sin importar lo cercano que sea a ellos. Y lo sabe porque, el padre de Eijirou no es una persona exactamente calmada. Si se entera de que intenta estrangularlo, hará lo posible para hacerlo arrepentirse.

『ɴᴜᴇsᴛʀᴏ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora